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El visitante (2022), de Martín Boulocq

El visitante (2022), de Martín Boulocq

 

“Y después, ¿qué?”

Por Sebastián Francisco Maydana

Humberto se calza el casco, la campera de cuero, y se sube a la moto. Recorre El Alto, la ciudad donde vive y trabaja como cantante de funerales, entre casitas bajas y maniquíes de esos que se cuelgan en los postes para amedrentar delincuentes. También tiene un curro de distribución de tarjetas telefónicas, en el que le va muy bien. Detiene la moto frente a una garita de vigilancia, en una casa muy lujosa. Anuncia que viene a ver a su hija Aleida, que está bajo el cuidado de sus suegros, una pareja de pastores de una iglesia universal o similar. A ellos sí que les ha ido bien. Pero a Humberto le tiene que ir mucho mejor, para poder pelear por la custodia de la adolescente.

Hace unos años estuve en una charla con un director de cine chino. Su nombre y el de la película no vienen al caso, pero tras la proyección hubo una ronda de preguntas y una era sobre la censura. En China no se pueden mostrar ciertas cosas que en Occidente son comunes, como muertes y algunos tipos de violencia. La pregunta era si era difícil trabajar así. El director respondió que no, que justamente es lo que lo obliga a ser creativo, y al fin y al cabo en el cine muchas veces es más efectivo esconder que mostrar. Entonces, si digo que Martín Boulocq dirige una película que esconde, lo digo en el mejor de los sentidos. Esto es lo que hace el buen cine. Porque el pasado carcelario de Humberto, su relación sinuosa con el alcohol, y el destino trágico de la madre de Aleida apenas se sugieren, pero están presentes en toda la película. De la misma manera hay que resaltar la puesta en escena, porque las locaciones no son decorados para apoyar la acción en cuadro. Están vivos, poblados de gente interesante que sigue su vida cuando se apaga la cámara.

Visualmente, es una obra muy hermosa. Un profundo conocimiento de la topografía alteña y un ojo estetizante logran construir, a través de la luz, cuadros a la vez auténticos y fantásticos. Particularmente atractivas son las escenas en los velorios, porque están particularmente necesitadas de una mirada que rescate allí lo bello. La dirección de fotografía está a cargo de Germán Nocella, que ya probó su capacidad en Los Tiburones (2018, Lucía Garibaldi), y es interesante comprobar su estilo sólido por debajo de la postproducción de imagen, que difiere completamente en ambas.

El Visitante está incompleta. Le falta un final. Pero está bien, porque vive en el recorte del presente de sus protagonistas, dando apenas indicios de su pasado y su futuro. Sin ser estática ni lineal, nos cuenta un presente, pero nos deja con la duda del: Y después, ¿qué? Construye de a poco una serie de situaciones que se encaminan a la desgracia, incluyendo la incógnita central acerca de la tenencia de Aleida, pero (quizás por piedad) nunca revela cómo ha terminado el viaje redentor de Humberto. ¿O sí?

Titulo: El visitante

Año: 2022

País: Argentina

Director: Martín Boulocq

 
 
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