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Entrevista / Gala Hernández López
"Cuando encontré a Anathematic leí su carta de suicidio y lloré, e inmediatamente supe que sería el punto de partida de la película"
Gala Hernández López
Entrevista - La mecánica de los fluidos

¿Cómo descubriste a los incels? ¿Cómo llegaste a ese material y en qué momento te diste cuenta de que ahí había una película? 

Sabía de la existencia de los incels desde hacía tiempo como parte mi cultura general, pero nunca me había dedicado realmente a examinar con atención la comunidad. De hecho, la película inicialmente no era una película sobre los incels. El tema que me interesaba era la soledad conectada, que yo quería explorar a partir de las aplicaciones de citas como Tinder. Es un asunto que me tocaba personalmente: además de haber sido usuaria de las aplicaciones, fui adolescente en un momento en que el movimiento ‘emo’ vivía su momento de gloria en internet. Todos esos chicos y chicas melancólicos, quejándose de su soledad, de su aislamiento, de su dolor psíquico en las redes, tratando de formar una comunidad que los curase, que les proporcionase consuelo y de paso una serie de rasgos identitarios que les diferenciase de la norma y les hiciese “únicos”. En ese sentido emos e incels se parecen mucho. Hubo un momento de mi adolescencia en que yo me identifiqué mucho con la comunidad emo, y creo que esta experiencia pasada participó de mi sensibilidad y fascinación hacia los incels. Cuando buscaba un interlocutor a quien dirigirme en la voz en off de la película, sabía que éste tenía que ser masculino, pues yo era una mujer heterosexual y feminista buscando relacionarme con hombres via las aplicaciones y sintiendo que era extremadamente complicado. Al principio barajé a la comunidad de los pick-up artists – esos hombres que dan consejos sobre cómo seducir al máximo número de mujeres –, pero cuando pensé en los incels, todo encajó. Durante un tiempo, investigué quienes eran las personas más o menos conocidas dentro de la comunidad incel, hice como una especie de casting virtual en busca de mi personaje. Cuando encontré a Anathematic leí su carta de suicidio y lloré, e inmediatamente supe que sería el punto de partida de la película.

Algo que me parece realmente fascinante es que en tu película estás muy lejos de juzgar, parece que te dedicas a intentar entender a los incels ¿cómo hiciste para mantenerte en esa postura y/o que efectos te generó en lo personal? 

Necesitaba tener esa forma de empatía pues lo que trataba de hacer con la película era precisamente analizar a los incels desde el prisma de la soledad en vez del prisma más mediático y conocido de la misoginia. El discurso de odio hacia las mujeres de los incels, e incluso sus crímenes, están presentes en la película, obviamente, pues no me hubiese podido sentir cómoda ignorándolos. Pero no era el aspecto de la comunidad que me interesaba subrayar: me interesaba entender por qué esas subjetividades nacen y cómo se fabrican en el capitalismo digital. Entender los factores que explican la existencia de esa subcultura en lugar de atacarles o acusarles de manera moralizadoras. En la película exploro varias explicaciones posibles: la soledad y el aislamiento social, la enfermedad mental, la sensación de haber sido abandonado por el sistema y el Estado, los algoritmos de YouTube y de las aplicaciones de citas, por supuesto la misoginia histórica… Parto del principio que toda subjetividad está determinada por una serie de factores socio-culturales, económicos, materiales, simbólicos, etc. Yo misma, mi feminismo, mi identidad como mujer de izquierdas, todo eso ha sido producido por elementos biográficos más o menos azarosos. No pretendo desresponsabilizar a los incels ni disculparles, pero sí pienso que la responsabilidad siempre es compartida entre el individuo y el colectivo y que todos estamos construidos socialmente. Por lo tanto, como sociedad, tenemos cierta responsabilidad en la existencia de la comunidad incel, y quiero pensar que nos incumbe a todos, que debemos hacer esfuerzos por educar a esos jóvenes. La voz en off lo dice: los incels son un fracaso colectivo.

Tampoco voy a mentir: esa postura comprensiva y analítica no fue fácil de mantener en todo momento. Dependiendo de qué tipo de contenido me encontraba, a veces era muy difícil controlar la rabia y el desprecio. En ese sentido me ayudó trabajar con un montador hombre. Conversar con él me aliviaba y me permitió no caer en discursos revanchistas o agresivos. Al final del proceso, realizar la película ha sido de lo más importante que he hecho en mi vida para cuidar de mí misma. Creo que me curó muchas heridas y me liberó mucho, fue extremadamente catártica y reparado.

La mecánica de los fluidos ya estuvo circulando por muchos de los grandes festivales de autor, ¿tuviste algún tipo de repercusión de parte de esa comunidad de hombres? 

Imagino que habrá habido hombres que se sientan más o menos cercanos a la comunidad y que hayan estado presentes en alguna de las proyecciones. Lo único que sé con certeza es lo que me comunicó una joven antropóloga francesa que me escribió interesada por ver la película. Me contó que estaba realizando una tesis doctoral sobre la miseria sexual entre los hombres jóvenes franceses a partir de un trabajo de campo con un grupo de sujetos que pertenece a una comunidad online con una ideología similar a los incels y que se reúnen en una plataforma que se llama JeuxVideo.com. Unos miembros de ese grupo habían visto la película en el festival de Clermont-Ferrand y le habían hablado de ella. La investigadora me dijo que les había parecido muy interesante, que en absoluto les había ofendido. Me gustó saberlo.

 

Sigue siendo algo nueva la forma de hacer cine que se suele llamar Desktop Documentary, esta idea de utilizar las grabaciones de pantalla directamente, y en general con este tipo de películas sucede lo contrario que con la tuya, que está teniendo una gran aceptación en todo el mundo ¿a qué crees que se debe esto? 

Creo que hay muchos “desktop documentaries” (aunque no me guste mucho esa apelación) que han tenido muy buenos recorridos por festivales. Pienso en los trabajos de Chloé Galibert Laîné y Kevin B. Lee, o Gabrielle Stemmer, o más recientemente Janaina Nagata. No creo que mi película sea una excepción, creo que es un formato que ya es reconocido por todos y me parece que está cada vez más normalizado, casi mainstream – incluso muchos documentales de Netflix han utilizado la forma desktop. El tema que trata mi película es atractivo por su contemporaneidad y el hecho de que ha sido poco explorado en el cine. En la era post-me-too, interesa ver contenido realizado for mujeres feministas sobre comunidades masculinas y misóginas. Está claro que es un tema que está a la orden del día y en la agenda política del cine contemporáneo (y me alegro mucho), quizá eso ha contribuido a su circulación.

¿Cuánto tiempo de investigación te llevó prepararte para La Mecánica de los fluidos? 

Si no recuerdo mal, pasé unos cuatro o cinco meses investigando – leyendo libros de Eva Illouz, Judith Duportail, bell hooks, entre otros y haciendo investigación de campo virtual – antes de empezar a trabajar con el montador. Pero continué investigando durante todo el proceso de montaje, así que diría que en total tomó un año, desde que empecé a investigar hasta que terminamos la película.

Sin ninguna duda estamos ante la presencia de una comunidad enorme, claramente misoginia y en ocasiones extremista ¿que fue lo más fuerte que te encontraste y hay algo que hayas decidido dejar fuera del corte final por ese motivo? 

Dejamos muchas cosas fuera en lo respectivo a discursos de odio, violencia, asesinatos, etc. Como he dicho antes, no era lo que nos interesaba recalcar. No queríamos explorar los límites de la violencia incel, sino al incel banal, promedio, el incel que no mata, el incel que podría ser tu hermano, tu primo, tu hijo. Vi contenidos realmente terribles en mis deambulaciones online. Muchos de los incels que han cometido matanzas grababan vídeos que están aún disponibles en internet. La misoginia de algunos hombres es tremendamente profunda, oscura y aterradora. En muchas ocasiones tuve miedo. Lo que pretenden esos discursos es precisamente eso: provocar terror, y por lo tanto sumisión, negar tu agentividad, privarte de tu poder de acción. Llegué a considerar no firmar mi película con mi nombre real, inventarme un pseudónimo. Pero eso hubiese significado dejarles ganar.

¿Te encontras trabajando en otros proyectos?

Estoy trabajando en mi segunda película, hold on for dear life, que trata sobre otra comunidad virtual: la comunidad cripto. Esta vez me alejaré un poco más de la forma “desktop”, quiero tomarme más libertades, vamos a rodar ciertas escenas y habrá bastante animación 3D. Como con los incels, me interesa entender cuales son los factores socio-económicos, históricos, culturales y tecnológicos que explican la existencia y el crecimiento de esta comunidad. En este caso, los vinculo con la crisis económica de 2008 y sus efectos devastadores en la juventud española así como con un momento histórico en el que retina la incertidumbre respecto al futuro, lo cual da pie al nacimiento de comunidades especulativas. En septiembre me mudo a Madrid para trabajar de manera más consistente en la escritura del guión y nos gustaría tenerla lista durante 2024.

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Martes 08 de agosto - 19hs - CC Recoleta

La Mecánica de los fluidos

De Gala Hernández López