“La inspiración desde algún punto es seguir viendo tanta violencia en la sociedad, tanta violencia como yo le digo gratis, sin motivo alguno.”
Lograste capturar en Vrutos una faceta de la realidad argentina que existe, lo notable es que evitas los golpes bajos y no convertís a los personajes en caricaturas, como sucede a menudo en muchas series mainstream que abordan temas similares. ¿Cuál fue la inspiración detrás de esta aproximación?
La inspiración desde algún punto es seguir viendo tanta violencia en la sociedad, tanta violencia como yo le digo gratis, sin motivo alguno. Muchos de estos casos los vi en mi adolescencia en los barrios donde me crié, que son Villa Lugano y Villa Celina, en donde una veía riñas y peleas que empezaban por una pavada y terminaban con situaciones gravísimas. Creo que hago un cine social y sin darme cuenta, cada una de mis películas toca un tema principal. La oveja blanca habla de las adicciones, Te la vamos a dar habla de la delincuencia, El camino de la rata habla de la discriminación, La reina del arroz con pollo habla del abuso y finalmente Vrutos habla de la violencia. Otra cosa que intento hacer es que no quede tan caricaturesco y sea todo más parejo. Por eso, en este caso de las peleas entre Brian y los rugbiers, también muestro a Brian como “malo” y no a un chico totalmente bueno como sería Fernando Báez Sosa, que calculo que mucha gente va a relacionar, pero no es la idea. Tomé un caso de violencia y lo modifico para que la gente pueda recapacitar y debatir. Por eso, Brian también se muestra malo en varias situaciones y ambos bandos también se muestran buenos y humanos en otras situaciones, para equilibrar las culpas y que el debate sea más complejo. Por si nuestro bueno a Brian y malo a los rugbiers no hay debate alguno. También la película muestra la complejidad de la crianza de un hijo en barrios marginales, a pesar de que hoy en día Lugano 1 y 2 no tienen mucho de marginal, están muy bien.
Aunque no es una continuación, en tu película hay una notable participación de los actores de la serie Okupas, interpretando roles muy similares. ¿Qué te llevó a decidir trabajar con ellos en este proyecto?
Los actores de Okupas cumplían perfectamente su rol para esta película y la realidad, que también era un sueño para mí, poder juntarnos después de tanto tiempo. Otra cosa que hicimos es mostrar a Dante Mastropierro (el Negro Pablo) en un papel más humano y más maduro, que es lo que sucede con gran parte de la película, ya que Diego Alonso pudo mostrar otras facetas durante su carrera, pero Dante quedó encasillado como un tipo malo y puede dar mucho más tanto en dramas como en papeles cómicos; es genial. Y Franco Tirri (el Chiqui) lo pusimos en este papel de Drupi, que también hay de estos personajes en todos los barrios, y lo hizo muy bien.
La forma en que has filmado genera una sensación de asfixia en el espectador, como si quisieras transmitir la opresión que estas personas experimentan en su vida cotidiana. ¿Fue esa tu intención al abordar la dirección de arte de esta manera?
Fue la intención de filmar de esta manera y encontrar esta sensación de asfixia, porque creo que es lo que sucede también en este tipo de barrios que son tan grandes pero a la vez tan chicos, y que al tener de todo dentro de ellos, mucha gente sale poco de esta especie de submundo. También nos encanta estéticamente Lugano 1 y 2 y esa sensación de encierro, y tomamos la decisión de que los rugbiers, los chetos, entrenen a las afueras del barrio, logrando esa sensación que pasa en lugares como por ejemplo Río de Janeiro, donde en una zona cheta se ven de lejos las favelas y el peligro.
La escena que nombraste antes, de la pelea de Brian y los Rugbiers me impactó profundamente porque como decís es un evento que todos tenemos muy presente. ¿Qué te llevó a elegir este recurso narrativo?
La escena donde matan a Brian entre todos los rugbiers era mostrar justamente eso, crudo, para que se vea la locura que eso significa. Es lo que lamentablemente pasa en estas épocas; en otras generaciones se respetaba el mano a mano o la pelea de uno contra uno, pero ya hace varios años que esos códigos se rompieron y si te encontrás en desventaja numérica, tenés chances de morir.
¿En qué otros proyectos te encontrás trabajando?
Actualmente me encuentro trabajando en un guion de terror con una amiga, Sharon Alpuche, para filmar, si Dios quiere, el año que viene en Argentina o México. Por otra parte, hice la producción de un cortometraje de el director de fotografía de Vrutos con Fer Rodríguez, y a la par filmé también junto a Fernando unos planos en pandemia, ya que tengo ganas de hacer una película apocalíptica este año que se va a llamar Proyecto F. Todo esto depende de si tenemos la suerte de vender Vrutos y contar con el dinero para financiar estos proyectos.
Vrutos
2024
Argentina
Miguel Bou