The Spiral (2022), de María Silvia Esteve
“Cómo expresar lo absolutamente íntimo, lo irrepresentable”
Por Paulo Pécora
El imaginario visual exuberante de María Silvia Esteve se expande hacia límites imprevistos en The Spiral, un nuevo corto en donde vuelve a explorar –mucho más profundo, con formas y técnicas expresivas más diversas- el terreno ténebre e incierto de las visiones, los pensamientos, los sueños y todo aquello que integra la subjetividad de sus personajes.
Desde Criatura (2021), el cine de Esteve parece estar especialmente preocupado por encontrar una respuesta a la pregunta sobre cómo representar lo irrepresentable, lo profundamente íntimo, lo abstracto, aquello que puja por manifestarse y que únicamente puede ser comprendido por quien lo enuncia, por quien lo siente, por quien lo vive.
Como si se tratara del discurso indirecto libre de una mujer habitada por muchas otras, la nueva película de Esteve ofrece una llave poética para acceder a la interioridad de su protagonista, a los pensamientos que cruzan fugazmente su cabeza, sus estados de ánimo, las emociones contradictorias que afloran y desaparecen, y aquellas que laten cada vez más fuerte en el agujero profundo y oscuro de su mente.
Su película es la invitación a un viaje mental, un trance hipnótico en el que evoca lo indescriptible -aquello íntimo que no puede nombrarse- mediante una composición audiovisual muy climática y atrapante, tan compleja y elegante en sus formas como desprejuiciada en la elección de las técnicas usadas para poner en imágenes eso que parecía imposible representar.
Su aproximación a lo formal –marcada por una plasticidad pictórica que se observa en el trabajo minucioso realizado en el interior de cada cuadro- se basa en la apropiación y manipulación digital de material en parte ajeno: fragmentos de películas de ficción y documental encontradas a los que Esteve carga de misterio e incertidumbre, para otorgarles nuevos significados. También trabaja filmando sus propias imágenes, creando atmósferas fantásticas e imaginando universos abstractos, paralelos, a los que da forma en su computadora.
La fuerza centrípeta que emana de gran parte de sus imágenes –los agujeros negros, los ojos, las cabezas y otras formas circulares y cambiantes que fluyen en el centro de la pantalla- impulsa con fuerza y acrecienta el espiral descendente de la protagonista. Todo confluye hacia el medio (o hacia el fondo). Y las visiones que se producen nos sumergen cada vez más profundo dentro del bosque brumoso de una subjetividad quebrada.
Enhebrado por un trabajo sonoro rítmico y riguroso -con las voces de varias mujeres que dialogan entre sí, y que a veces parecen ser la misma-, el nuevo corto de Esteve nos propone además un juego de espejos y simetrías en el que –como ocurre en uno de los films de los que se apropia- el reflejo desobedece, se rebela, niega su condición inferior desafiando a la mujer que lo origina. Es ahí donde comienza la abstracción, el viaje de ensoñación, las duplicidades.
Para darle una forma posible a esos estados interiores, para inventar un lenguaje con el cual expresar lo absolutamente íntimo, Esteve se vale de imágenes macroscópicas, hápticas, que pueden ser “tocadas” por nuestra vista. Manchas, sustancias y texturas son sometidas a diversas técnicas de manipulación hasta alcanzar la abstracción gráfica. La cineasta investiga un montaje vertical, una sumatoria de imágenes superpuestas en el interior de cada cuadro, fluyendo en incrustaciones, duplicaciones y sobreimpresiones. Es un mundo oscuro y acechante, un universo misterioso y recóndito, donde prevalecen las tonalidades rojas.
Titulo: The Spiral
Año: 2022
País: Argentina
Director: María Silvia Esteve