“Libertad, paranoia e independencia”
Valentina Soto
n 1894, en un contexto oscuro y aterrador, la poesía de Juhan Liiv reflejaba los sueños de libertad de un pueblo sometido al yugo del Imperio Ruso. “Mi sol no me reconoce; la noche me pertenece”, decía el legendario poeta estonio, cuyas palabras resonaban en los corazones de los estonios que anhelaban liberarse. Sin embargo, Liiv, al igual que muchos de sus compatriotas, terminó recluido en un hospital psiquiátrico de Tartu, su mente atormentada por la paranoia y los peligros de un entorno opresivo.
El actor Pääru Oja, en un papel impactante, da vida a este hombre atrapado entre el deseo de soñar y la creciente desconexión con la realidad. A través de su interpretación, la película narra la lucha de Liiv por defenderse de acusaciones falsas, amigos traicioneros y su propia enfermedad mental. En medio de este caos, Liiv no solo intenta comprender su entorno, sino que también sigue soñando con la libertad, un concepto que incluso en su poesía aún parecía lejano y casi utópico.
El director Jaak Kilmi, conocido por su enfoque experimental en diferentes géneros, fusiona elementos del thriller con el drama histórico en La sombra. Esta obra no se limita a ser una biografía tradicional, sino que lo coloca como protagonista de un misterio ficticio, en el cual investiga el crimen de una familia empobrecida mientras enfrenta su propia batalla interna. Aunque la historia mezcla hechos reales con elementos ficticios, lo que realmente resalta es la representación de la lucha de Liiv dentro del contexto de la lucha estonia por la independencia, un tema tan relevante como complicado.
El relato se adentra en la mente de Liiv, mostrándolo como un hombre inquieto y paranoico, que busca respuestas en un mundo donde todo parece desmoronarse. La interacción de Liiv con diversos personajes de diferentes estratos sociales no solo enriquece la trama, sino que también ofrece un vistazo a la vida política y cultural de la Estonia del siglo XIX, inmersa en sus esfuerzos por alcanzar la emancipación del dominio ruso. A pesar de que el filme se adentra en las dificultades de Liiv y su amor no correspondido por Liisa Golding, su musa, la película no está centrada únicamente en su biografía, sino en la interacción entre sus emociones y su entorno.
A pesar de la frescura del enfoque narrativo, que se aleja del biopic clásico, el filme carece de una estructura cohesiva que lo haga completamente sólido. Esta falta de fluidez a menudo hace que la película se sienta desordenada, como la mente de Liiv. La historia tiende a fragmentarse y, en ocasiones, el espectador se pierde en la maraña de eventos. Mientras que para el público estonio, familiarizado con la figura de Liiv, el filme puede enriquecer la figura literaria, para el espectador internacional que desconoce su obra, la película podría parecer más bien una obra de teatro de época, algo ruda y poco pulida.
Pese a esto, el dinamismo del thriller logra mantener la atención de quienes disfrutan de tramas misteriosas. El director y el equipo de actores, en especial Pääru Oja, logran transmitir la lucha interna del poeta con una intensidad que conmueve. Aunque la narrativa pueda no ser totalmente accesible para todos, La sombra es una reflexión poderosa sobre los límites de la mente humana, la libertad y el precio de la independencia, todo bajo la sombra de una Estonia que buscaba encontrar su identidad.