Sexto Continente (2023), de Estrella Herrera

“La cueva de los futuros subterráneos”

Por Candelaria Carreño

«¿Acaso la imagen, en su fragilidad misma, en su intermitencia de luciérnaga, no asume esa misma potencia [la de la imaginación]
cada vez que nos muestra su capacidad para reaparecer, para sobrevivir?»

Supervivencias de las Luciérnagas,
Didi-Huberman, 2018

Volver a lo primigenio, habitando el mundo subterráneo. Llegar a tierra franca, deshabitada, inventar un nuevo lenguaje. Como si se arribara a una nueva geografía terrestre, inexplorada, el cortometraje Sexto Continente (Estrella Herrera, 2023) juega con imágenes de archivo y otras filmadas para la ocasión a inventar un relato ficcional sobre un territorio aparentemente desconocido. O quizás simplemente, a mirar hacia una porción de nuestro planeta, entre la corteza, la superficie, lo que se ve a simple vista y lo que late por debajo. 

El primer hombre, el de las cuevas, se resguardaba de la intemperie en los recovecos de la montaña. Necesitó encontrar un lenguaje para traducir lo que la naturaleza le enrostraba. Manos, cuevas, dibujos, esbozos. Los personajes que arriban a la tierra nueva en el cortometraje también inventan su propio lenguaje, el que hablan con las manos, alumbrando los secretos de la tierra. Textura de la montaña, reflejos de agua que se hacen eco en las esquinas de las paredes. Sombras chinas que se proyectan en las paredes de la cueva, pero también el lenguaje de los elementos de la naturaleza: agua, fuego, y pedazos de tierra, despedazada y puesta a prueba, como un análisis de laboratorio frente a la cámara.

Los recién arribados a este nuevo continente, hablan el lenguaje de los hombres, pero también necesitan analizarlo y catalogarlo, aplicando las leyes racionales positivistas. No es el hombre de las cavernas, refugiado ante el hechizo sublime que genera la naturaleza. Quizás sea el hombre del futuro – aún más– postmoderno, buscando nuevos horizontes debajo de la tierra.

Desplegando la materialidad de lo analógico, a través del juego donde emerge la referencialidad fotográfica en el líquido revelador del cuarto oscuro, Sexto Continente reflexiona sobre la imagen, investigando las modalidades del archivo, para establecer lazos con la tecnología y la naturaleza. De esta manera construye un universo ficcional, que resultará más o menos distópico ante los ojos de quien lo mire. Después de todo, “la era del encandilamiento” ya está entre nosotros. Los hombres refugiados bajo la tierra del cortometraje fueron, antes, esclavos del imperio de la mirada.