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Quiet Life (2024), de Alexandros Avranas

“Las reacciones y las respuestas”

Por Pablo Gross

Quiet Life, el quinto largometraje narrativo de Alexandros Avranas, profundiza en un fenómeno de trauma culturalmente específico que trasciende las fronteras geográficas y políticas. Avranas, conocido por su trabajo en la “Weird Wave” griega, se adentra en un universo narrativo que, aunque anclado en la realidad, presenta un escenario tan desconcertante que parece surgir de una distopía paralela. La película sigue a una familia rusa que, en su búsqueda de asilo político en Suecia, se enfrenta a una experiencia devastadora que desencadena una condición médica conocida como Síndrome de Resignación Infantil. Este trastorno, identificado en Suecia desde 2014, afecta a niños de familias solicitantes de asilo provenientes de países de la ex Unión Soviética y Yugoslavia, sumiéndolos en un estado comatoso indefinido.

Avranas no se limita a narrar un caso específico; su enfoque cinematográfico explora las profundas implicaciones de cómo el trauma emocional y la burocracia se entrelazan, creando un ambiente opresivo que va más allá de lo documental. A través de una presentación austera y sobria, el director cuestiona la autenticidad de un síndrome culturalmente ligado a un país que, paradójicamente, no es reconocido por la Organización Mundial de la Salud. En el mundo ficticio de Quiet Life, esta falta de reconocimiento parece señalar una problemática más amplia y preocupante, una que involucra las reacciones y respuestas institucionales hacia los niños de solicitantes de asilo.

La película comienza con una inquietante visita de dos representantes del Consejo de Migración Sueco a la vivienda temporal de Natalia y Sergei, dos refugiados rusos que luchan por proteger a sus hijas, Alina y Katja. La interacción de estos funcionarios, fría y distante, refleja una deshumanización sistemática que transforma la esperanza de asilo en una pesadilla burocrática. Cuando Katja cae en coma debido al Síndrome de Resignación, sus padres son obligados a asistir a clases de crianza humillantes para poder seguir viéndola. Esta situación, retratada con una atmósfera de desesperación creciente, refleja la manera en que los refugiados son atrapados en un ciclo de angustia y control, en lugar de ser acogidos con compasión.

Quiet Life no solo critica las fallas de un sistema que debería ser protector, sino que también expone la fragilidad de los supuestos valores liberales de Suecia, sugiriendo que incluso en las sociedades más progresistas, el asilo puede convertirse en una trampa insidiosa. A través de la historia de Natalia y Sergei, Avranas sugiere que, en algunos casos, es preferible enfrentarse a los peligros conocidos que arriesgarse a descubrir nuevas formas de sufrimiento en tierras que prometen seguridad pero ofrecen tormento. El enfoque cinematográfico de Avranas, frío y meticuloso, plantea preguntas inquietantes sobre la capacidad de las instituciones para responder humanamente al trauma y sobre el costo personal de las decisiones de vida o muerte que enfrentan los refugiados en su búsqueda de un futuro seguro.

Titulo: Quiet Life

Año: 2024

País: Francia

Director: Alexandros Avranas

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