“La Fragilidad de una Narrativa Silenciosa“
Por Laura Santos
El cine de Ulises Rosell, particularmente en Presente Continuo, se enfrenta a un desafío peculiar: no caer en la tentación de ofrecer un relato de vida que se convierta en una forma de denuncia ni en un canto melodramático. Aunque la historia se centra en Lisandro, un joven con autismo, y su madre, la actriz Valentina Bassi, la película evita las convenciones del cine de testimonios o de conciencia social y opta por una aproximación más distante, fría incluso. La cámara nunca se coloca en el lugar de la compasión fácil; se limita a observar, casi como un espectador pasivo, sin buscar forzar una conexión emocional.
El estilo de Rosell es indiscutiblemente austero. Al igual que los protagonistas de su documental, se mueve en un terreno donde la distinción entre realidad y ficción se diluye. A través de una serie de situaciones cotidianas, en las que Lisandro acompaña a su madre a ensayos, filmaciones y manifestaciones, el director no ofrece juicios ni explicaciones. Las actividades, aunque interesantes y a veces tensas, no se presentan como eventos extraordinarios, sino como una continuación de lo que ya es. Esto genera una sensación de distanciamiento que, lejos de enriquecer la narrativa, a menudo provoca una sensación de vacío emocional. La decisión de no subrayar las dificultades inherentes al cuidado de Lisandro, o el sacrificio constante de su madre, puede ser vista como una elección narrativa, pero también puede interpretarse como una falta de profundidad. Lo que queda expuesto es una rutina monótona y repetitiva de la vida diaria, pero sin el dramatismo necesario para que el espectador logre conectar con la complejidad de la situación.
Este enfoque tan depurado se siente, a veces, como un ejercicio de contención que prioriza la forma sobre el fondo. En lugar de profundizar en los detalles emocionales o las implicaciones de la maternidad en este contexto, Rosell opta por un tratamiento casi documental, sin intervenir ni exagerar el sufrimiento o la alegría. Sin embargo, esta objetividad no llega a traducirse en una crítica social efectiva, ya que, al evitar cualquier tipo de posicionamiento explícito, la película acaba por ofrecer poco en términos de reflexión o interpretación.
El riesgo de no ofrecer un enfoque claro sobre las temáticas que aborda –el autismo, la maternidad, las dificultades cotidianas– es que la película puede sentirse como una acumulación de momentos que no terminan de articular un mensaje claro. La falta de una narrativa estructurada, sumada a una producción que intenta lucir sencilla pero en ocasiones se siente desproporcionadamente plana, resta fuerza a la propuesta. La idea de “presente continuo” parece quedar atrapada en su propio concepto, sin conseguir transmitir la complejidad emocional que, se supone, debería emanar de esta vida ininterrumpida. El hecho de que la madre sea interpretada por Valentina Bassi, conocida actriz, debería, en teoría, añadir una capa adicional de complejidad. Sin embargo, su presencia se limita a ser una figura más en el fondo, sin que nunca logremos acceder realmente a sus pensamientos o emociones más allá de lo superficial. La película, al hacer todo lo posible por no ofrecer respuestas fáciles, no se arriesga a explorar la naturaleza intrínseca de los lazos familiares y el dolor cotidiano. Y así, lo que queda es una representación estática y fría, que no se compromete con las emociones de sus personajes ni con el espectador.
Es imposible no reconocer que Presente Continuo tiene un trasfondo político al aludir a las dificultades del sistema de salud y la precariedad de los cuidados en la sociedad actual. Pero este trasfondo se difumina rápidamente en la propuesta estética y narrativa, quedando como un mero esbozo que no logra desarrollar una crítica profunda ni generar un impacto significativo. Al final, lo que queda de la película no es tanto un testimonio sobre el autismo o la maternidad, sino una reflexión distante sobre la posibilidad de contar historias sin arriesgarse a profundizar demasiado. Presente Continuo es un documental que, pese a su pretensión de naturalidad y autenticidad, termina por quedar atrapado en una distancia que nunca logra trascender.

Titulo: Presente continuo
Año: 2025
País: Argentina
Director: Ulises Rosell