Pooja, sir (2024), de Deepak Rauniyar

Pooja, Sir, dirigida por Deepak Rauniyar, nos sumerge en un Nepal turbulento, marcado por las protestas contra la discriminación racial y las secuelas de una guerra civil que duró una década. Basada en hechos reales ocurridos en 2015, la película se sitúa en la intersección de un thriller político y de secuestros, combinando además elementos de drama de personajes. Este cruce de géneros no solo permite a Rauniyar explorar un período crítico en la historia contemporánea de Nepal, sino también poner en escena una narrativa multifacética que refleja la complejidad del contexto social y político del país.

La trama principal de la película gira en torno al secuestro de dos niños, uno de ellos hijo de una pareja influyente, en una pequeña ciudad cercana a la frontera con India. Para resolver el caso, la Inspectora Pooja (interpretada por Asha Magrati) es enviada desde Katmandú, encontrándose con un ambiente hostil y complicado por las violentas protestas de la comunidad Madhesi, un grupo marginado que lucha por sus derechos. Este contexto no solo ralentiza la investigación, sino que también pone de manifiesto las tensiones sociales, la corrupción y las profundas divisiones que atraviesan a la sociedad nepalí.

En el corazón de Pooja, Sir hay tres hilos narrativos entrelazados: la convulsión política y social de Nepal, la carrera contrarreloj para resolver el secuestro, y la vida personal de la protagonista. Rauniyar maneja con destreza estos elementos durante gran parte de la película, creando un ambiente de tensión palpable que va más allá de la mera búsqueda de los niños desaparecidos. La película se sumerge en las complejidades del trabajo policial, destacando la frustración y la urgencia inherentes a un caso de secuestro, mientras el entorno en el que opera la policía se convierte en un personaje en sí mismo.

Sin embargo, es en la exploración del personaje de Pooja donde la película muestra ciertas limitaciones. Aunque Pooja es presentada como una oficial de policía excepcional, capaz de equilibrar la empatía y la brusquedad según lo requiera la situación, aspectos cruciales de su identidad permanecen en la sombra. La narrativa sugiere elementos de su vida personal, como su relación con Rama (Gaumaya Gurung) y su insistencia en ser llamada “sir”, pero estos detalles no se desarrollan completamente, dejando preguntas sin respuesta sobre su lucha interna y su identidad.

A pesar de esta falta de profundidad en su protagonista, Pooja, Sir destaca por su capacidad para construir y mantener la tensión, especialmente en escenas de alto riesgo como las protestas. La película de Rauniyar no solo es una obra importante y personal, sino también una narración convincente que, aunque no explora a fondo los matices íntimos de su personaje principal, logra capturar con éxito la complejidad de una mujer fuerte enfrentando desafíos en un entorno turbulento.