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Planète B (2024), de Aude Lea Rapin

“Identidades en juego”

Por Fernando Bertucci

Planète B., dirigida por Aude Léa Rapin, nos lleva a un mundo distópico de ciberfuturismo donde la realidad virtual se convierte en un arma letal cargada de implicaciones éticas. Tras su debut con Heroes Don’t Die (2019), donde exploró temas de renacimiento y reencarnación, Rapin cambia de enfoque, dirigiéndose hacia una reflexión sobre la encarcelación y la vigilancia en un futuro no tan lejano. Este thriller de ciencia ficción de presupuesto medio, rodado en francés e inglés, logra escapar de la narrativa común de mundos controlados por regímenes draconianos para presentar una propuesta algo más original, aunque no carente de tropiezos.

Las protagonistas, Adèle Exarchopoulos y Souheila Yacoub, logran anclar la película con actuaciones llenas de vulnerabilidad y energía de supervivencia. Exarchopoulos interpreta a Julia Bombarth, quien, tras un enfrentamiento violento entre el gobierno francés y anarquistas antifascistas, se encuentra varada en un planeta desconocido, una especie de Guantánamo tropical. Este espacio, con barreras físicas y mentales, tiene el objetivo de romper su espíritu, mientras que ella busca formas de escapar. Yacoub, en el papel de Nour, una figura rebelde que también se encuentra atrapada en esta cárcel distópica, busca recuperar su identidad perdida y un futuro de libertad. Ambas mujeres forman una alianza frágil, pero imprescindible para sobrevivir en un entorno que las oprime desde todos los ángulos.

La película juega con conceptos complejos como la dualidad de la realidad y los viajes paralelos, aunque a veces estos elementos parecen sobrecargados y rozan lo absurdo, alejándose de la coherencia narrativa. Las referencias al cine de Christopher Nolan, Alex Garland, y a clásicos como The Prisoner o el cine de paranoia de los años 50, son evidentes. Planète B. explora el concepto de la identidad como algo transitorio, un “juego de números”, donde la posesión de uno mismo parece efímera y sujeta a manipulaciones.

Visualmente, Planète B. destaca gracias a la cinematografía de Jeanne Lapoirie, quien baña las escenas de playa en oscuros tonos azulados, generando una atmósfera inquietante. La banda sonora de Bertrand Bonello, con sus sintetizadores envolventes, refuerza este ambiente de tensión constante, creando una sensación de extrañeza y alienación.

Sin embargo, el guion tiene sus fallas. Los personajes secundarios, como el de India Hair, carecen de profundidad y no logran aportar a la historia con la fuerza necesaria. A pesar de los intentos de introducir una reflexión sobre la vigilancia policial y los derechos periodísticos, la película se queda en la superficie, inclinándose más hacia las líneas difusas entre realidad e ilusión.

Titulo: Planéte B

Año: 2024

País: Francia

Director: Aude Lea Rapin

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