“Las profundidades del ser humano

Por Kristine Balduzzi

En Los tigres, Alberto Rodríguez vuelve a sumergirse en territorios que combinan el drama personal con un trasfondo social reconocible. La historia nos sitúa en la costa onubense, en un entorno marcado por la industria del petróleo y las vidas de quienes trabajan en condiciones extremas para mantenerla en marcha. Antonio, apodado “El Tigre”, es un buzo industrial acostumbrado a enfrentarse al riesgo en cada jornada laboral, pues cualquier error a esas profundidades puede costarle la vida. Sin embargo, fuera del agua su fortaleza se derrumba: separado, endeudado y emocionalmente perdido, apenas logra sostener una rutina precaria.

Lo interesante de este retrato es cómo el director contrapone dos mundos: el de la profesionalidad admirada, donde Antonio es casi un héroe anónimo, y el de su cotidianidad, donde se muestra como un hombre frágil y torpe. El apodo de “El Tigre” parece funcionar como un disfraz que oculta su vulnerabilidad real. La llegada de un alijo de droga al que podría acceder abre para él la tentación de un dinero rápido, pero también una grieta moral que lo acerca al terreno de lo ilícito y lo arrastra a un conflicto sin salida clara.

La película plantea, en ese sentido, una metáfora potente sobre la precariedad: se trata de personajes que, aun jugando con la muerte cada día, no reciben más que sueldos mínimos y la indiferencia de un sistema que los usa mientras son útiles. “Un día eres feliz y a los tres segundos estás muerto”, se dice en la narración, una frase que resume con crudeza esa combinación de adrenalina y desesperanza que define a quienes bucean en barcos petroleros. El universo submarino funciona como un paisaje asfixiante y hostil, heredero en cierta medida del clima opresivo de La isla mínima. Allí, cada inmersión no solo amenaza la vida de los buzos, sino que también refleja la angustia interior de los protagonistas. El ruido metálico, la falta de oxígeno y la sensación de encierro crean un entorno que condiciona cada decisión y que hace visible el peso de los dilemas morales.

En paralelo, emerge la figura de Estrella, la hermana de Antonio. Ella representa un contrapeso luminoso en medio de la oscuridad, alguien que lo acompaña pero que sueña con escapar de ese mundo cerrado. Su presencia introduce un componente familiar que amplía el drama y aporta matices poco habituales en el cine de Rodríguez, donde los personajes femeninos suelen ocupar lugares secundarios. Aquí, en cambio, Estrella encarna la posibilidad de una vida distinta, aunque no exenta de contradicciones. Los tigres no se sostiene en la acción trepidante, sino en la tensión de las malas decisiones y en el retrato de personajes atrapados entre la necesidad y la ética. Es, más que un thriller clásico, un viaje hacia un universo desconocido para el espectador, un recordatorio de que bajo las aguas oscuras también habitan las fragilidades humanas.

Titulo: Los tigres

Año: 2025

País: España

Director: Alberto Rodríguez