Lioness (2024) de Liina Triškina-Vanhatalo

La historia de Helena, una paramédica de 48 años, se convierte en una reflexión sobre la lucha interna de una mujer atrapada entre la desesperación y la determinación. Eficiente y resolutiva en su trabajo, Helena se enfrenta diariamente a las sombras más oscuras de la sociedad. Sin embargo, es incapaz de reconocer el abandono emocional que ha infligido a su hija Stefi, de 15 años, durante años. Esta desconexión se convierte en el eje de una narrativa que explora los límites del amor materno en circunstancias extremas.

Stefi, una adolescente brillante pero profundamente solitaria, decide dar un giro radical a su vida, convirtiéndose en la fuente de las peores pesadillas de su madre. Abandona la escuela, se rapa la cabeza y se une a una pandilla violenta, influenciada por su nueva novia, Mariann. Su transformación no solo pone en jaque la estabilidad familiar, sino que empuja a Helena a una crisis que afecta todas las facetas de su vida. Mientras su hija desaparece en la noche, Helena recorre la ciudad con una mezcla de miedo e impotencia, buscando una manera de reconectarse con ella.

La situación impacta profundamente a toda la familia. Kaarel, el esposo de Helena, intenta mantener la calma, aunque su optimismo se ve aplastado por las continuas decepciones. Sander, el hijo menor, observa impotente los episodios de autodestrucción de su hermana mientras sufre la falta de atención de sus padres. En medio de esta fractura familiar, Helena conoce a Priit, un policía que también lidia con un hijo atrapado en la misma pandilla, lo que intensifica aún más el peso de su situación.

Cuando Stefi sufre una sobredosis que la lleva al hospital, Helena traza un plan extremo: secuestrar a su hija y encerrarla en una antigua casa de verano de la familia. Su idea, desesperada y profundamente humana, consiste en preparar comidas calientes y cuidarla a diario, esperando que el aislamiento la haga recapacitar. Sin embargo, el plan se desmorona cuando Stefi desaparece nuevamente.

Es aquí donde la película alcanza su punto más devastador: Helena, atrapada entre la realidad y una vida imaginaria en la casa de verano, busca desesperadamente redimir su relación con Stefi. La actuación de Katariina Undi como Helena es magistral, presentando un personaje que navega entre el caos interno y una férrea determinación. Este retrato, que desafía constantemente al espectador, logra transmitir la complejidad emocional de una madre que lucha por rescatar a su hija y, en el proceso, salvarse a sí misma.

Aunque el final se mueve entre los códigos de un thriller convencional, el verdadero impacto de la película radica en su capacidad para conectar al espectador con las emociones más crudas de sus personajes. Es un relato desgarrador que no solo explora los vínculos familiares, sino también la capacidad humana de enfrentarse a lo ineludible con una mezcla de vulnerabilidad y fuerza. Una experiencia intensa, profundamente resonante y, sobre todo, inolvidable.