Le Mohican (2024), de Frédéric Farrucci

Una reflexión sobre la resistencia accidental y las consecuencias de un sistema corrompido por el crimen y la burocracia. La película se enmarca en un contexto donde la lucha contra la autoridad y la corrupción se convierte en un acto de supervivencia, más que en una cruzada ideológica. El protagonista, Joseph (interpretado por Alexis Manenti), es un pastor de cabras en la isla de Córcega que, tras negarse a vender sus tierras a la mafia, se ve envuelto en una persecución implacable después de matar a uno de los criminales. Lo que comienza como un intento por proteger su forma de vida, se convierte en un movimiento de resistencia cuando su sobrina, Vannina (Mara Taquin), transforma a Joseph en una leyenda en las redes sociales.

Farrucci presenta una historia que, en su aparente sencillez, profundiza en cuestiones complejas como el precio de la libertad y los límites a los que una persona está dispuesta a llegar para conservarla. La cinta explora cómo los movimientos sociales actuales se ven impulsados por la inmediatez y el poder de las redes sociales, convirtiendo a un hombre solitario y taciturno en el símbolo de un cambio necesario para Córcega. Joseph, conocido como “Mohicano” en internet, se convierte en el epicentro de una revolución social que desafía a las autoridades corruptas, a la mafia y a los medios de comunicación coludidos, quienes intentan manipular la narrativa para sus propios fines.

El uso de las redes sociales en la trama no solo subraya el poder de estas plataformas en la movilización social, sino que también plantea preguntas sobre la forma en que la verdad y la leyenda se entrelazan. A medida que la película avanza, la figura de Joseph trasciende sus acciones iniciales, convirtiéndose en un emblema de la resistencia contra la opresión. Farrucci utiliza esta dinámica para cuestionar la construcción de mitos en la era digital y cómo, en última instancia, la leyenda puede eclipsar los hechos.

La interpretación de Alexis Manenti es fundamental para dar vida a un personaje que, lejos de ser un héroe clásico, actúa impulsado por el miedo y el instinto de supervivencia. Su actuación, marcada por la contención y una fisicalidad expresiva, transmite la desesperación de un hombre atrapado entre su deseo de preservar su estilo de vida y la necesidad de huir para mantenerse con vida.

En Le Mohican, Frédéric Farrucci no ofrece respuestas fáciles. En lugar de ello, nos invita a reflexionar sobre el papel de la resistencia en un mundo donde las fronteras entre el bien y el mal se difuminan, y donde la lucha por la libertad puede tomar formas inesperadas y contradictorias.