“Lazos Invisibles”
Por Fernando Bertucci
Carine Tardieu, ofrece una visión fresca sobre la pérdida familiar al abordar el duelo desde una perspectiva poco convencional: la de la vecina del frente. A diferencia de otras películas francesas que tratan el tema de un niño pequeño enfrentando la muerte de un padre, esta historia se centra en la red de relaciones humanas que surge a partir de esa tragedia. Aquí, las ausencias son el eje emocional, recordándonos que cuidar de los demás es la única forma de sostenerse cuando todo parece derrumbarse.
El relato tiene lugar en un edificio de una ciudad francesa no especificada, donde los apartamentos de Sandra (Valeria Bruni Tedeschi) y Alex (Pio Marmaï) comparten el mismo rellano. Sandra, una mujer que vive sola y dirige una librería feminista, se ve inesperadamente obligada a cuidar de Elliott (César Botti), el hijo pequeño de Alex y su pareja Cécile. Lo que comienza como una breve interacción entre vecinos se convierte en un vínculo profundo y conmovedor cuando Cécile muere tras dar a luz. Sandra, poco acostumbrada a tratar con niños, se adapta de manera honesta y abierta a Elliott, ofreciendo una amistad sincera que se convierte en un refugio emocional para el niño.
El duelo de Alex es palpable, y aunque tiene el apoyo de su familia y una relación sólida con David (Raphaël Quenard), el padre biológico de Elliott, sus emociones lo desbordan en momentos clave. La película muestra con habilidad la complejidad de las dinámicas familiares, con Alex intentando equilibrar el amor por sus hijos con su propio dolor. Mientras tanto, la figura de Sandra, que podría haber permanecido al margen, se convierte en un pilar importante para Elliott y, eventualmente, para Alex y su recién nacida hija, Lucille.
La dirección de Tardieu destaca por su capacidad para captar las interacciones íntimas y los pequeños detalles que revelan el carácter de sus protagonistas. Valeria Bruni Tedeschi brilla como Sandra, mostrando una calidez que rara vez se asocia con personajes sin hijos en el cine. Pio Marmaï, por su parte, ofrece una interpretación llena de matices, combinando la fragilidad emocional de Alex con una masculinidad cariñosa y tierna.
El trabajo de la directora de fotografía Elin Kirschfink y la editora Christel Dewynter refuerza esta sensación de cercanía y realismo. La película se siente como si estuviera filmada en tiempo real, capturando la cotidianidad de sus personajes de manera auténtica. El final, aunque inesperado, deja una sensación de esperanza, como si fuera el comienzo de una nueva etapa, lleno de posibilidades y de nuevos lazos por tejer.
Titulo: L’attachement
Año: 2024
País: Francia
Director: Carine Tardieu