“Dirigirse al sur”
Por Valentina Soto
Una comedia genuinamente poco convencional y con bordes oscuros, ambientada en 1979, fue la que inauguró el Festival Internacional de Cine de Rotterdam en su edición 2024.
Su director Jonathan Ogilvie, cuyas películas anteriores incluyen el thriller de ciencia ficción australiano Lone Wolf (2021), se basó en sus propias experiencias al crecer en Christchurch, la ciudad de la Isla Sur de Nueva Zelanda donde se fundó el sello Flying Nun, y su inmersión en la escena musical post-punk de esa época. Head South se centra en Angus, un desventurado adolescente de secundaria decidido a ser más genial y cool, que se topa con el comienzo de un nuevo estilo de vida a través de algunos personajes intimidantes que conoce en la tienda de discos local.
Angus es un fanático de la música en ciernes, cuyos antecedentes en una escuela privada y su cabello de surfista contribuyen poco a su imagen, pero que, aun así, llama la atención de Fraser, el gerente detrás del mostrador en Middle Earth, cuando llega en busca de un reemplazo de un televisor de 7 pulgadas deformado y un vinilo de la banda Public Image Ltd. Se lo envió, en esta era predigital de rareza musical, su hermano en Londres, la capital europea que entonces los neozelandeses en su remota colonia consideraban con nostalgia como el árbitro de todas las cosas, algo como el modelo a imitar. Cuando Angus escucha Public Image por primera vez, el encuadre (y su mundo ) se expande a una pantalla ancha, uno de los muchos toques visuales divertidos (incluidos destellos de luz y fallos) que muestran un verdadero amor nostálgico por el espíritu del bricolaje y todo lo relacionado con el post-punk.
Más que una simple historia sobre la mayoría de edad o el origen de una subcultura, la película se vuelve extraña por un giro absurdo y paranormal, en la fuerte tradición del gótico de la Isla Sur, mientras Angus se enfrenta a psíquicos y fantasmas familiares hiperactivos. Su padre, el ingeniero civil Gordon (Marton Csokas), que tiene problemas matrimoniales y habla crípticamente sobre los peligros del magnetismo, recibe frecuentes llamadas de su clarividente tía Jessica, cuya premonición una vez le impidió morir en el accidente aéreo del Monte Erebus. El tributo de Ogilvie a una Nueva Zelanda anterior a Internet, repleta de un ojo agudo para los detalles retro y Kiwiana, resalta el hecho de que el aislamiento de Nueva Zelanda no sólo era literal, sino que engendró una gloriosa excentricidad de perspectiva. “Dirigirse al sur”, como se desprende de esta película en definitiva existencial, significa navegar por lo desconocido, manteniéndose fiel a la propia brújula interna para no perderse.
Titulo: Head South
Año: 2024
País: Nueva Zelanda
Director: Jonathan Ogilvie