“El trabajo de la memoria”
Por Kiara Warmerdam
Quizás una de las mayores preguntas en la historia del arte y la representación, es el problema de la reconstrucción de la realidad, y en este caso como punto de partida, el límite del recuerdo. ¿Qué tanto es a lo que podemos acceder a partir de la memoria? Límite porque no hay forma de revivirlo y siempre hay recortes que varían en cuanto a la percepción; pero punto de partida a la hora trabajar aspectos como los que trabaja Fragments of Ice de Maria Stoianova. Hay un elemento meritorio en aquellas películas que logran exponer y elaborar sobre temáticas individuales que son atravesadas por problemas colectivos. La realizadora toma material de archivo que registra desde su nacimiento hasta sus ocho o nueve años de edad. Es bonito pensar que, cómo elige mostrarse, en cierto punto la directora existe desde el mismo momento en que su padre decide comprarse una cámara -la cual hace posible esta película-.
El contexto del registro es inherente a la narración, son una familia ucraniana en pleno dominio de la región por parte de la Unión Soviética. Si bien es algo que siempre está, y el relato que se va construyendo es de alguna manera este entretejido de la vida cotidiana, los viajes al exterior y una niña que crece con un fantasma de aquella frialdad económica y dependencia política la cual se filtra y los observa en todo momento -literalmente-; todo aquello que acosa se da desde el fuera de campo visual y pasa a lo virtual, solo con la voz en off de la realizadora aclarando ciertas cuestiones. Su padre era patinador de hielo y su madre lo acompañaba en algunas giras, pero ninguno recuerda que pasaba en las regiones soviéticas. Todo lo que fue registrado, era de aquello que desconocían y un poco anhelaban, la ‘libertad’. Represión de la memoria y de lo visual, no querían ni registrar aquello que vivían pero sí se sentían de otro planeta cuando volvían con ropa o cosas de los lugares. Es interesante ver cómo se da siempre el encuentro con estos lugares tan diferentes.
Hay una superposición de miradas constante dado que su padre y su madre son siempre los que filman pero en el propio montaje y selección de este material, aparece la mirada de aquella niña que vemos crecer pero ahora adulta. Entonces no solo vemos las consecuencias del durante y el después de ese contexto político peligroso, sino un poco la dificultades que se interponían en el vínculo padres-hijos; no es por nada que por momentos vemos a la niña que extraña a su padre. De igual forma, no es una falta constante pero sirve para entender un poco los privilegios de la familia en los momentos de presencia -los regalos, los viajes, la ropa nueva- sino también la necesidad de huir todo el tiempo de aquel lugar. La directora nos muestra el pasado para poder entender el presente, con una dedicatoria a su editor quien ha fallecido en el 2022 a causa de ir a pelear por un conflicto que viene acosando a los ucranianos desde hace mucho, a tal punto que estos registros sirven como una prueba constante de lo importante de la independencia nacional.
Una historia personal que refleja el dolor de una nación y a su vez las raíces importantes. Uno de los momentos registrados es un viaje a Londres que hacen su padres, donde la voz en off narra aquello que esos adultos sintieron en aquel viaje: vestidos con ropa que les resultaba de otro planeta, caminaban por las calles sin ser reconocidos, sin que a nadie le importe de dónde vienen ni a donde van, se sienten libres y al mismo tiempo abandonados. La realizadora pregunta si esa sensación no se da ahora porque ya no son observados por la KGB, a lo que ellos le responden que no, que aquí uno vive para sí mismo, y si bien hay una libertad en eso también hay una falta del otro, ya no consumen las cosas sabiendo que hay una parte que es para el otro ni se reconocen entre sí. Stoianova entonces nos deja con un interesante trabajo sobre cómo tratar estos materiales tan importantes de nuestra historia -individual como colectiva- que nos permiten seguir entendiendo a pesar de las fallas de la memoria que hay cosas que no deben repetirse y otras a las que debemos aferrarnos, ya sea la familia o valores que supieron definir los vínculos que nos rodean.
Titulo: Fragments of Ice
Año: 2024
País: Ucrania/Rusia
Director: Maria Stoianova