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Entrevista a Adrián Orr

“Creo que es mi forma de mirar y de entender el cine. No juzgar a los personajes, representarlos con sus contradicciones e intentar entenderlos. Intentar buscar y crear con una distancia justa, esa verdad que cada uno tiene. Y mantener esa forma de mirar durante toda la película.”

Por Mauro Lukasievicz

En A nuestros amigos, se ofrece una perspectiva fresca sobre la etapa de la vida en la que uno comienza a definir su rumbo, mientras las amistades quedan en el punto medio, tal vez continuando o tal vez no. ¿Cuál es el origen de la idea central que explora A nuestros amigos, sobre la transición de la juventud a la adultez, donde las amistades pueden quedar en una encrucijada mientras uno decide su camino?

Fuimos llegando poco a poco a esa idea. Surgió hablando mucho con Celso, guionista de la película y miembro del colectivo La tristura, justo cuando ellos estaban haciendo los primeros ensayos de su pieza Future Lovers, en la que Sara participaba. Esa pieza me llevó de vuelta al imaginario de mi primer cortometraje (Las hormigas), donde filmé a mis amigos del barrio con ese mismo sentimiento del que hablas. La sensación de cambio con el paso del tiempo, de pérdida, de distancia y a la vez de proximidad, de reconocerme en mis amigos, en mi barrio, en nuestra identidad. Al principio comenzamos a filmar con Sara momentos, casi como notas o ensayos para lo que después serían escenas de la película. En ese proceso de profundización y descubrimiento de Sara, me di cuenta de que ella estaba recorriendo un camino muy similar al que yo había recorrido. También era similar al de Celso y Samuel (guionistas de la película). Sara estaba descubriendo, junto a nuevos amigos, otra realidad social que, sin darse cuenta, la estaba cambiando profundamente, de la misma manera que me ocurrió a mí en el pasado. Quisimos centrarnos en eso, en su proceso de desclasamiento. En la confusión de estar en medio de dos mundos, entre dos clases sociales, pero hacerlo sin crear un gran drama, representándolo tal y como veíamos que le estaba ocurriendo a Sara o podría ocurrirle con el paso de los años. A partir de ahí, fuimos imaginando la película, rodando y montando en cada una de las etapas, descubriendo y dando forma a la película con ese juego y peso del paso del tiempo.

El hilo conductor que recorre toda la película, el esfuerzo de Sara por integrarse en un nuevo círculo social, se siente auténtico y marca el ritmo de tensiones entre los jóvenes, entre momentos de alegría, tristeza y altibajos. Sin embargo, en todo momento te limitas a observar y no a emitir juicios sobre sus acciones. ¿Cuál fue la razón detrás de tu decisión de filmar A nuestros amigos de una manera que se abstiene de juzgar las acciones de los personajes, centrándote en mostrar sus experiencias de manera objetiva?

Creo que es mi forma de mirar y de entender el cine. No juzgar a los personajes, representarlos con sus contradicciones e intentar entenderlos. Intentar buscar y crear con una distancia justa, esa verdad que cada uno tiene. Y mantener esa forma de mirar durante toda la película.

¿Qué métodos y enfoques utilizaste para investigar y abordar las ideas que caracterizan a esta nueva generación de jóvenes en A nuestros amigos?

Por un lado, como mencioné, crecí en un barrio muy similar al de Sara y Pedro, por lo que me identifico con muchas de las experiencias que estaban atravesando. Reconozco la forma de vida que se desarrolla en ciertos barrios de la periferia de una gran ciudad, y creo que esto me ayudó a establecer vínculos con ellos, especialmente con Sara. Este proceso de conocimiento mutuo fue fundamental para comprender qué tipo de película queríamos crear. Pasar tiempo con ellos, ya sea filmando o simplemente conviviendo, escuchándolos y conociéndolos, nos permitió imaginar una película posible.

Sin embargo, a lo largo de estos años de proceso, también he leído a varios autores que abordan este tema. He explorado obras sobre la memoria, el paso del tiempo, la juventud y el desclasamiento. He leído mucho de Annie Ernaux, Didier Eribon y Nicolas Matheu, quienes me han ayudado a enfocar y construir la película desde esa perspectiva.

¿Cuáles son tus expectativas para el estreno de A nuestros amigos en Visions Du Réel, considerando que han pasado siete años desde Niñato, película con la que también obtuviste el premio del jurado en este festival?

Ahora mismo quiero compartir la película en Visions y ver cómo la siente el público en una sala grande.  Estoy expectante de ver cómo van los coloquios y eso. Es una película con muchas más capas que Niñato. Con más construcción de relato. Con un juego entre la ficción y la no ficción mucho más complejo. Y todo eso me excita y me motiva. Cada película es casi como si fuera una primera película cuando estás cerca del estreno.

¿Podrías compartirnos sobre los proyectos en los que estás actualmente involucrado?

Estamos empezando a pensar una nueva película, esbozando ideas con mi amigo Luis Bértolo. Espero que este verano

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