Diarios (2022), de Andrés Di Tella

Diarios (2022), de Andrés Di Tella

“Figuras provisorias”

Por Sabrina Palazzani.

Los Diarios, de Andrés Di Tella, son recortes editados de la vida privada del director y se anuncian como fragmentos de un todo próximo, una sorpresa que está en camino. “Todas mis películas cuentan un proceso”, apunta el documentalista en su libro Cuadernos.

Lo que resuena en la obra del director argentino, y esta película no constituye una excepción, es la aproximación a las intersecciones entre su historia personal y la historia reciente en Argentina a la par de un material escrito valioso que acompaña su cine y reivindica al diario como producción y obra. En ese sentido, una película de Andrés Di Tella es registro e investigación. 

Los diarios presentados en esta oportunidad, que nos anticipan las partes que sabemos que faltan, trafican escenas cotidianas vistas con detenimiento, con la indagación que demanda un acontecimiento. Cito algunos: Un árbol-oráculo, la radio del inframundo, un homenaje al director de cine colombiano Luis Ospina, fallecido en 2019, y algunas postales del confinamiento obligatorio en Argentina por la pandemia.

Las películas como papeles de trabajo en desarrollo de Di Tella tuercen la noción del experimento dentro del documental apartándose así de un posible distanciamiento o extrañamiento sobre lo que se proyecta en esa imagen. En su obra todo acercamiento a lo privado tracciona como un vehículo hacia al interior de ese juego, de esas historias, de ese laboratorio y su resultado tentativo.

“Lo interesante del diario es que nunca se termina de definir como obra ni como relato, tiene un estatuto ambiguo en ese aspecto. Tiene que ver, para mí, con el propio estatuto del documental que nunca se resuelve del todo de un lado o del otro. Como registro, como intervención artística, la definición, la riqueza del género documental, más allá de cualquier definición categórica, se juegan esta incertidumbre, en la posibilidad de investigar límites de renegociar permanentemente(…)”, escribe Di Tella en sus Cuadernos. 

Algo de esta indefinición de los apuntes frente a la obra fue lo que capturó también el escritor uruguayo Mario Levrero en La novela luminosa a la que le anteceden exactamente 451 nutridas páginas de una bitácora en el que escribe con detalle los vaivenes de la no escritura, de la imposibilidad de hacer la literatura por la que la Fundación Guggenheim le ha otorgado una beca. Entre varias de las interesantes y divertidas imágenes aparece La paloma. El cadáver de una paloma y luego toda su familia con cauce narrativo. Esta digresión es el producto del hipervínculo inmediato que apareció y se superpuso como una proyección más sobre la imagen del diario de Di Tella. La cámara del documentalista se detiene para observar la estampa que dejó en el vidrio de su ventana el choque de una paloma de vuelo errático. Allí está y la vemos: la forma de la paloma ausente dibujada en el polvo adherido en el lado exterior del vidrio. Corte.

Así como la novela póstuma de Levrero se hace grande en su imposibilidad, el diario, tal como lo concibe Andrés Di Tella, como figura provisoria, es la respuesta a una pregunta no formulada, una pregunta imposible, una deriva que el cineasta defiende como verdadero documental. Ese punto de vista resulta valioso dado que también vivimos en lo que no es posible, en lo que no sale o, en el mejor de los casos, en la latencia de las cosas.

Titulo: Diarios

Año: 2022

País: Argentina

Director: Andrés Di Tella

 
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