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Bestiari, Erbari, Lapidari (2024), de Massimo D’Anolfi y Martina Parenti

Distanciamiento emocional

Por Fernando Bertucci

Bestiari, Erbari, Lapidari es un ambicioso documental de 206 minutos dirigido por Massimo D’Anolfi y Martina Parenti, que nos invita a reflexionar sobre la relación entre los humanos, los animales, las plantas y el mundo material que compartimos. A través de tres capítulos: “Bestiarios”, “Herbarios” y “Lapidarios”, el filme explora temáticas vinculadas a los seres vivos y la naturaleza desde diversas perspectivas, combinando la observación analítica y el distanciamiento emocional en una experiencia visual y sensorial que trasciende el cine tradicional.

El documental utiliza distintos enfoques formales que se adaptan al contenido de cada sección, lo que enriquece su narrativa. En “Bestiarios”, D’Anolfi y Parenti aparecen en escena para ofrecer una reflexión sobre la relación histórica entre los humanos y los animales, utilizando metraje encontrado para analizar cómo el cine ha influido en la percepción de los seres no humanos. Se establecen conexiones reveladoras entre las armas y las cámaras, y entre los zoológicos y la tecnología cinematográfica, destacando cómo el registro visual ha jugado un rol en la conservación simbólica de las especies, aun cuando su número en el mundo real disminuye. Esta primera parte logra crear un diálogo entre el cine como medio y su papel en la representación de la naturaleza.

La segunda parte, “Herbarios”, adopta un enfoque completamente diferente. Con una narrativa más observacional y un ritmo pausado, sigue de cerca las labores cotidianas en el Jardín Botánico de Padua. A través de imágenes detalladas, sin la intervención de los directores, y con un uso mínimo de la voz en off, la sección logra transmitir una sensación de paz y armonía. La representación casi silenciosa del cuidado de las plantas, incluso en actos tan simples como la limpieza de ventanas, adquiere una dimensión poética que evoca la elegancia visual del documental *Architecton* de Victor Kossakovsky. Aquí, el filme se detiene en los detalles que solemos pasar por alto, convirtiendo lo cotidiano en un espectáculo visual profundamente terapéutico.

Finalmente, en la tercera parte, “Lapidarios”, D’Anolfi y Parenti exploran el uso de la piedra a lo largo de la historia humana, vinculando este material con actos de creación y destrucción. Este capítulo conecta el pasado y el presente, abordando temas como el Holocausto, cuyas atrocidades se mencionan en la primera parte y se presentan de manera más explícita aquí, utilizando la piedra como símbolo de memoria y de dolor. A través de imágenes impactantes, el documental invita a reflexionar sobre la capacidad humana de construir y, a la vez, destruir, subrayando cómo la piedra no solo es testigo del paso del tiempo, sino también un material que ha sido utilizado tanto para preservar la memoria como para cometer horrores.

Bestiari, Erbari, Lapidari es un ejercicio monumental de reflexión documental que, a través de su estructura tripartita, consigue una cohesión sorprendente. A pesar de los contrastes entre las secciones, el filme logra una unidad estilística y temática, convirtiendo la experiencia de visionado en una meditación profunda sobre el lugar de los seres vivos en el mundo, la historia y la cultura. El excepcional montaje de D’Anolfi y Parenti, acompañado de un diseño sonoro y musical cautivador, transforma este documental en una obra maestra que no solo educa, sino que también conmueve.

A través de la lente de Bestiari, Erbari, Lapidari, los directores nos invitan a ver el mundo desde una perspectiva más amplia, revelando las complejas relaciones entre humanos, animales, plantas y piedras. Es un documental que, sin duda, exige la atención completa del espectador, recompensándolo con una experiencia cinematográfica transformadora.

Titulo: Bestiari, Erbari, Lapidari

Año: 2024

País: Italia

Director: Massimo D’Anolfi y Martina Parenti

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