What Do We See When We Look at the Sky? (2021), de Alexandre Koberidze
“Érase una vez en Kutaisi…”
Por Rocío Molina Biasone.
Antes de El día de la marmota y de las incontables películas cómicas de intercambios de cuerpos, estaban las fábulas y así llamados cuentos de hadas: en ellos, con un simple “Érase una vez…” somos arrojados repentinamente en un mundo de animales parlantes, brujas, hechizos y objetos mágicos. Por lo general, suceden cerca de un bosque encantado, hace cientos de años, involucran a personajes de la realeza o relatan historias maniqueas de amor, desesperación y ambición.
Pero bien podría uno de estos cuentos suceder en la actualidad, en un pueblo de Georgia, con una farmacista y un jugador de fútbol de protagonistas. Un amor a primera vista, una cita pautada sin intercambiar mucha información y, finalmente, un hechizo que se le comunica a medias a la protagonista, Lisa, gracias a una cámara de seguridad, un canal de desagüe y una planta: estos son los ingredientes iniciales de lo que, bajo otra dirección, podría haber sido una comedia de enredos más.
Sin embargo, el segundo largometraje de Aleksandre Koberidze se destaca no tanto por su historia de amor entre chico y chica, sino por la historia de amor que él mismo parece haber tenido con la ciudad georgiana de Kutaisi al filmar la película. Los personajes de Lisa y Georgi empiezan a ser las excusas para que el público viva y conozca los rituales, sitios, costumbres, paisajes y demás personas de esta ciudad. Su cambio de apariencia se presenta como un obstáculo que siembra una oportunidad para el público: Lisa y Georgi se perderán y desencontrarán, pero ese sostenido desencuentro dará lugar a escenas que tienen como protagonistas a grupos de niñes que juegan al fútbol, a perros que se organizan para ver el partido junto a los humanos, a ancianos que mantienen los rituales que han construido en torno a un café u otro.
Y el elemento que lo une todo: la voz en off del mismo Koberidze, que hace su parte de narrador del cuento, de comentador y reflexionador, y hasta de guía turístico. El director se da licencia para mezclar lo sobrenatural con lo tradicional, y hacer una película sobre cómo a él le gustaría que fueran las cosas en un mundo donde todo parece ir hacia un rumbo peligroso y desesperanzador. En una entrevista con MUBI, Koberidze dice que antes de realizarla, le surgió una pregunta: “¿Mi película debería incluir el mismo desamparo que siento yo, o transmitir alguna esperanza? Finalmente, decidí que el desamparo es aburrido”.
Ciertamente es posible que esta película le produzca incomodidad a un público tan acostumbrado a las desventuras y limitaciones de la realidad misma en la que vive. En la “vida real”, una maldición como la que les toca a los protagonistas de esta película se tornaría profundamente angustiante: más allá de los problemas tangibles que derivarían de un cambio repentino de apariencia, la pérdida de nuestro mayor conocimiento o talento implicaría una herida profunda, y la pérdida adicional de un proyecto profesional nos arrojaría a una crisis tanto identitaria como económica.
Pero como ya hemos dicho, esto no es una película realista, sino un cuento de hadas. El hechizo de esta película se rompe con otra película. En una resolución meta, la magia del cine resolvió lo que la magia del cine creó. Y si el público podría estar incómodo, con esta película, ese público difícilmente sea argentino, porque pocas veces se ha sentido tanta felicidad en la sala como en el visionado presencial de esta película, de este cuento de hadas que busca unir a Georgia y Argentina no solo mediante sus tradiciones, sino también mediante sus fantasías y deseos, absolutamente irracionales, y absolutamente maravillosos.
Titulo: What Do We See When We Look at the Sky?
Año: 2021
País: Argentina
Director: Alexandre Koberidze