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Wake Up on Mars (2020), de Dea Gjinovci

“Un Nuevo comienzo”

Por Lucía Roitbarg.

Con su primer documental, Wake Up on Mars, la directora y documentalista Dea Gjinovci propone una visión diferente sobre el tantas veces abordado conflicto en los Balcanes. Aunque esté presente, no lo hace desde una mirada tan política, sino desde el drama de una familia kosovar refugiada en Suiza. Las dos hijas adolescentes han quedado en estado vegetativo tras sufrir ambas estrés postraumático y el matrimonio y sus otros dos hijos deben esperar, mientras tanto, el permiso de residencia en Suiza, y evitar así ser nuevamente deportados. Elegir la mirada de uno de los hijos para enmarcar el momento que vive esta familia es un acierto de la directora y el resultado es un documental que se permite trabajar, desde una institución reconocible como la familia, algunos planteos que bordean dramas políticos y hasta existenciales.

El “síndrome de la resignación” eligen denominar algunos especialistas a la enfermedad que padecen Ibaneta y Djebeta, la cual las ha dejado en estado de coma, hace casi tres años. Si bien la directora no profundiza en la enfermedad durante el film, sí se explica que ambas hermanas vivieron algún momento violento o de extrema angustia: una de ellas presenció cómo entraban a su casa en Kosovo amenazando con armas a su familia y la otra quedó en ese estado tras enterarse que sus padres y hermanos iban a ser deportados nuevamente a aquel país.

Es la particular visión de uno de los hermanos menores, Furkan, la que la directora elige seguir de cerca, construyendo mayor intimidad con ese personaje que desde su aún inocente sentir acerca al espectador a su manera de entender el mundo pero, también a su manera de cambiarlo. Es él quien afirma desde el comienzo que está convencido que sus hermanas pueden escucharlo y espera junto a ellas, sin resignarse, a que vuelvan a la vida. Sin embargo es él también quien manifiesta un gran deseo de ser astronauta e irse a Marte y lo vemos a lo largo de la película buscando elementos que lo ayuden a construir su nave espacial para poder escapar de una realidad que lo angustia, y despertar tal vez en Marte o en un universo desconocido como sus hermanas.

No vemos la violencia, ni tampoco el país del cual esta familia tuvo que huir para refugiarse en Suiza. Pero hay una narración en torno a esas adolescentes que no despiertan, que está permanentemente remitiendo al origen de ese padecimiento, y de allí, por más lejos que ellos vivan, es muy difícil escapar. A pesar de parecer aislados del resto del mundo su forma de vida, su idiosincrasia, su padecimiento tiene paralelismos con muchísimas familias que deben abandonar sus países de orígen a causa de las persecuciones, para iniciar una vida nueva en otros países, en los cuales no siempre están dispuestos a aceptar nuevos ciudadanos. No es hacia allí que la directora pretende llevar su argumento, pero sí permite que se abra al menos esa posibilidad para pensar en todas esas personas que, aunque huyan de sus países, no tienen escapatoria de la pérdida y angustia que un desarraigo tan abrupto significa.

En el caso de los niños y  adolescentes, el futuro es una preocupación, y el sólo hecho de dejar de vivir es el drama que no es posible aceptar cuando se trata de los menores. La directora encontró una manera de contar una historia preexistente creando una nueva historia, o al menos abre la lectura a una nueva versión, en donde Furkan, todavía puede crear un mundo de fantasía y donde los padres de Ibarreta y Djebeta se transforman en héroes que, desde el poco poder que tienen, tienen la posibilidad de cambiar algo su realidad y mantener encendida la esperanza hacia sus hijas. La importancia del afecto, la angustia en los menores, la responsabilidad de los gobiernos frente al drama de los refugiados son algunos de los temas que la directora permite que el espectador encuentre en su película, sin llegar nunca a golpes bajos o momentos melodramáticos innecesarios. Simplemente habiendo encontrado una forma de retratar a esta familia desde un lugar sincero, y distinto.

La posibilidad de dormir es una condición para despertarse, y, si bien Furkan no duerme como sus hermanas, sí necesita un nuevo comienzo y esa deuda es también para sus hermanas y familia. Aunque saldarla sea un camino arduo y que requiera de un despegue costoso.

Titulo: Wake Up on Mars

Año: 2020

País: Suiza

Director: Dea Gjinovci

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