Un Trago de Infierno, de Mariano Asseff y Pilar Boyle, y No puedo tener sexo, de Bel Gatti, tendrán su estreno mundial en la competencia Rebels with a Cause del Festival Black Nights de Tallin

Dos películas argentinas se preparan para su estreno mundial en el prestigioso Festival Black Nights de Tallin, que se celebra del 8 al 24 de noviembre. Un Trago de Infierno, dirigida por Mariano Asseff y Pilar Boyle, y No puedo tener sexo, de Bel Gatti, competirán en la sección Rebels with a Cause, un espacio que celebra el cine audaz y transgresor. La selección de este año cuenta con seis estrenos mundiales y cuatro internacionales, destacándose por ofrecer propuestas cinematográficas que desafían los límites de la narración tradicional.

Un Trago de Infierno

Con una narrativa provocadora y transgresora, Un Trago de Infierno explora los límites entre la realidad, la actuación y la fantasía. En la película, Pilar Boyle interpreta a Niko, una actriz frustrada con la repetición de los mismos papeles, quien acepta protagonizar un primer largometraje. En busca de inspiración y desconexión, Niko se retira a una cabaña aislada, pero su tranquilidad se ve interrumpida por la llegada inesperada de Rafa, un personaje inquietante que la lleva a perderse en un mundo de alucinaciones al estilo de David Lynch, donde las reglas de la realidad se desdibujan. La protagonista se sumerge en visiones grotescas y obsesivas que desafían su cordura mientras sigue a una misteriosa rubia en vestido blanco, en un juego de seducción y autodescubrimiento. Un Trago de Infierno promete una experiencia cinematográfica tan perturbadora como fascinante, llevando al espectador a un viaje surrealista de introspección y erotismo.

No puedo tener sexo

La propuesta de Bel Gatti, No puedo tener sexo, juega con los límites del documental y la ficción en un retrato íntimo y provocador. La directora explora su propia incapacidad de mantener relaciones sexuales a través de un “documental fantasía” que se convierte en un análisis de una sociedad hipersexualizada. La historia se desenvuelve en una narración diaria de la vida de Gatti, donde se entrelazan escenas de trabajo como niñera, visitas familiares, y momentos de introspección y humor. El mundo de Bel está poblado de performances drag, actores poseídos por la figura de Andy Warhol y una estética de redes sociales, llena de gifs y filtros que enfatizan su tono posthumorístico. La película ofrece una mirada audaz y divertida sobre los tabúes contemporáneos y promete sorprender con su enfoque fresco y desinhibido.