Un incomodo silencio (A Certain Kind of Silence, 2019), de Michal Hogenauer
“Una amenaza constante”
Por Sebastián Francisco Maydana.
Micha llega a un suburbio alemán de todas casitas iguales, prolijas, limpias, grises. Emigró desde la República Checa para trabajar como au pair en la casa de una familia rica. No sólo busca un nuevo empleo, está escapando de algo. Y acá le dan su propia habitación, una tarjeta de crédito y un celular nuevo. Comida, techo, y un sueldo. Es todo lo que ella podía pedir, y a cambio sólo tiene que atenerse a una serie de reglas. La más importante: establecer un excelente rapport con el niño de la casa, Sebastian. Pero Sebastian no es un chico común, y no le va a resultar fácil ganarse su lugar en esa familia.
La decoración de la casa es frugal, sobria, aséptica. Fria. Los únicos cuadros que adornan las paredes muestran distintas formas de la Torre de Babel, símbolo desde la antigüedad del desafío humano a las reglas de Dios. Y del castigo eterno por desafiarlo. De a poco vamos entendiendo en qué consiste el plan de la familia (o mejor dicho, de toda la comunidad), y dónde encaja Micha en él. Para empezar, la llaman Mia. De a poco se nos van revelando algunas prácticas y situaciones preocupantes, pero nunca del todo, sino apenas siempre un plan, pero los datos que nos van dando son siempre a cuentagotas, apenas lo necesario para no seguir la historia. Michal Hogenauer nos mantiene en vilo con una eficiencia que pocos directores logran en su segunda película. Y esa amenaza se mantiene hasta el final, el sorprendente final que está destinado a dejar a más de uno con la boca abierta.
Esa es la principal virtud del guión: el suspenso. Apela a la imaginación del espectador para que complete la imagen y la historia. Esto se ve reforzado mediante un uso inteligente de la fotografía, y un juego interesante de movimientos de cámara dentro de la casa. La información es administrada a cuentagotas y nunca se cuenta ni muestra más de lo absolutamente necesario. Sobrevuela constantemente un clima siniestro, irreal. Parece que en cualquier momento puede pasar lo peor. Y sin embargo, aquí lo inquietante no es que vaya a pasar algo realmente malo, sino precisamente la posibilidad de que nada pase, de que Micha/Mia se termine adaptando a la situación y entregue su individualidad a la familia de Sebastian. La suya es una elección difícil: someterse, o volver a su vida anterior. Sólo ella sabe qué es peor.
Todos los elementos de Un incómodo silencio conspiran para lograr ese clima de amenaza constante a la cordura, de desafío a la razón: la construcción del mundo, la decoración de la casa, las actuaciones precisas y adecuadas, la música (y la falta de ella en ciertos momentos), y sobre todo el rol protagónico de Eliska Krenková que por momentos nos permite ver una genuina desesperación. Todo esto está tan estrictamente controlado como cada minuto de la vida en la familia de Sebastian y, ahora, de Mia.
Titulo: A Certain Kind of Silence
Año: 2019
País: Rep.Checa
Director: Michal Hogenauer