Tódalas mulleres que coñezo (2019), de Xiana do Teixeiro

“Ellas y nosotras: todas”

Por Lucila Da Col.

Cinco amigas charlando en un bar. Rememorando momentos. Todas ellas con impresiones muy similares. Grabadas en la retina y en el cuerpo. Y así todas y cada una de nosotras somos ellas. En el documental Todas las mujeres que conozco de Xiana Do Texeira las imágenes en blanco y negro recogen los testimonios de mujeres sobre la violencia machista, el acoso y la imposibilidad de ser libres en una sociedad que nos cosifica. Historias en primera persona donde los denominadores comunes son la culpa, el miedo y las herramientas para la construcción de un mundo de mayor igualdad. Ese eje temático continúa en las sucesivas charlas en un juego metatextual, donde el registro exhibe una correlación de primeros planos de sus actantes y un hilo conductor que se nutre del debate y la puesta en valor de las vivencias. 

La palabra como acción de la conciencia, como transmisión de las subjetividades y parangón desde el cual elaborar colectivamente, se encarna en los fotogramas de Todas las mujeres que conozco con la potencia de un misil que traspasa los ámbitos femeninos para penetrar en toda superficie vital. Las formulaciones que de allí derivan universalizan el estado de secundarización de las mujeres y la necesidad de modificar con urgencia esa cultura de opresión. “Lo privado es político. Cada mujer que se atreve a decir ‘Basta’, que quiere dejar de ser víctima para convertirse en sobreviviente, desafía a toda la estructura de la violencia machista”. Desde el documento del colectivo local Ni Una Menos (2015) ésta y tantas otras realidades configuran esa delación que nos toca elaborar a diario en la lucha por más espacios. Y ese objetivo es troncal en el documental. 

“Mente obtusa. ¿Qué importa si llevaba escote o blusa? El problema no es la ropa que usa”. El reggaeton feminista Ni una menos de Chocolate Remix, una invitación a mover el cuerpo así como la mente, denuncia los avatares que a diario padecemos las mujeres. El miedo que se encarna en cada una a la hora de practicar los hechos más triviales de la vida, como salir a la calle o pasear de noche sin la seguridad de retornar a salvo. Padecimientos propios de las féminas que no hallan correspondencia con la experiencia de los varones. El tándem mujer/potencial víctima se choca con el de hombre/potencial agresor. Ese relato se vuelve realidad en la perpetuación de la cultura patriarcal que naturaliza esas relaciones de poder. 

Esa culpa que sentimos las mujeres es constitutiva al género. Asimismo el miedo ante los otros, los varones, que son percibidos como una amenaza latente. Esos patrones se inculcan con firmeza, se cría a niñas y niños dentro de esa situación de inequidad. Todo ello se revisa una y otra vez en Todas las mujeres que conozco y el machaque es aquí en pos de la deconstrucción de esos comportamientos aprehendidos. Una reflexión sobre la reflexión sobre otra reflexión. Esa es la propuesta audiovisual de Xiana Do Texeiro, una apertura del ámbito de la discusión que visibiliza la lucha feminista pero que sobre todo encuentra en la sororidad el sitio de contención y compañía.