This Closeness (2024), de Kit Zauhar

Las interacciones sociales con extraños siempre han estado plagadas de incomodidad, pero ¿la sociedad contemporánea y sus trampas tecnológicas lo han empeorado? ¿Cómo decidimos las nuevas reglas de comportamiento y etiqueta, especialmente al cruzar líneas culturales y de clase? Siempre ha habido reglas, a menudo tácitas, y las idiosincrasias propias de las personas, que tienen perfecto sentido para ellas, pueden parecer groseras para otros. Quizás nuestras trampas modernas empeoren esto.

Esta incomodidad y quienes la llevan están en íntima exhibición en el segundo largometraje de Kit Zauhar, This Closeness. Como un primo temático de su primera película, Actual People, This Closeness profundiza en los temas de extraños arrojados juntos, la incomunicación y la vida de silenciosa desesperación en un mundo aparentemente dedicado a mantener a las personas solas.

La trama gira en torno a Tessa (interpretada por la misma Zauhar) y su novio Ben (Zane Pais), quienes viajan a Filadelfia para una reunión de la escuela secundaria. Alquilan una habitación en Airbnb, compartiendo un apartamento con Adam (Ian Edlund), el inquilino habitual, quien ha decidido alquilarlo mientras su compañero de cuarto está ausente. Aunque Adam afirma que lo hizo para conocer gente, rara vez sale de su habitación. En lugar de disfrutar del viaje juntos, Ben pasa la mayor parte del tiempo con amigos, dejando a Tessa sola en el apartamento con frecuencia.

Elegir ambientar toda la película en un pequeño apartamento de dos habitaciones, con solo la primera y la última toma en la escalera de acceso, es tanto un desafío interesante para un cineasta como una oportunidad para permitir que los temas y emociones literalmente reboten en las paredes. Desde el momento en que Tessa y Ben entran en el espacio, todo es tenso y entrecortado. Alquilar una habitación en el apartamento habitado de alguien significa que eres un invitado, pero no es un hotel. Te conviertes en parte del tejido de sus vidas, pero tus demandas sobre ese tejido causan conflicto. El juicio de Tessa y Ben (que bordea el esnobismo) hacia Adam y su forma de vivir parece, al menos, un poco injusto y, en el peor de los casos, algo cruel.

Todos los personajes trabajan en campos que giran en torno a la comunicación: Ben es periodista, Adam es editor de video y Tessa crea videos de ASMR. Sin embargo, todos ellos son terribles para comunicarse. Parte de esto proviene de la vacilación entre extraños, parte de amantes que todavía están decididos a dejar que su otra mitad vea solo ciertas partes de sí mismos, por miedo a que las partes malas asusten a su pareja, o que los muestren tal como son: un monstruo. Esta crueldad silenciosa y omnipresente que nace de la ignorancia y el deseo mal ubicado de protegerse a uno mismo puede causar mucho daño; este desplazamiento significa que podríamos perder esas conexiones que desesperadamente necesitamos.

¿Y qué significaría si realmente pudiéramos comunicarnos? ¿Un momento de vulnerabilidad honesta compartida entre dos extraños crearía un vínculo temporal que pudiera ayudar a cada uno a través de su dolor silencioso? ¿O solo les haría construir otra parte de una máscara detrás de la cual se esconderían? Zauhar no da una respuesta para esto, porque no la hay; la vida y sus trampas, sobre cómo los jóvenes deben luchar aún más para sobrevivir, significan que las vulnerabilidades se convierten en mayores responsabilidades, especialmente si tienes que depender de otros. Sobrevivir llega a significar, más a menudo, ignorar problemas profundamente arraigados, incluso si podría significar una profunda infelicidad.

Zauhar está afinando rápidamente su talento para revelar los problemas acumulativos en las vidas de los adultos de la Generación Z, aquellos que realmente sienten los efectos adversos de una sociedad al borde del colapso, cuyas promesas de realización han resultado ser vacías, y cuya separación continua de la comunidad los deja vulnerables. This Closeness es parte de una nueva ola del cine independiente estadounidense, que muestra cuán entrelazado está nuestro bienestar emocional con la vulnerabilidad ante las fuerzas de la supervivencia material.