“En el camino”
Por Sebastián Francisco Maydana
Parece que sólo hay dos cosas que son infinitas: el universo, y la curiosidad de Werner Herzog. En esta oportunidad, emprende un recorrido hacia las profundidades de la mente humana, para lo que entrevista a diversos expertos en el cerebro y el comportamiento de animales y humanos. Comienza su recorrido (y la película) con una disyuntiva. Un importante neurocientífico le ofrece hacer un documental sobre su tema de investigación, pero él no es un científico, es un poeta, y estas dos miradas en un principio parecen ser mutuamente excluyentes. Por eso duda de poder hacer algún aporte que justifique su participación más allá del registro de lo que tenga para decir el científico. Es allí que Herzog propone un road trip, que arranca por Seattle y continúa por todo el mundo, visitando en el camino a expertos en comunicación con los animales, científicos del cerebro, filósofos, investigadores de los sueños, artistas de cuerda floja, cineastas, informáticos y neurocirujanos.
Como todos los documentales de Herzog, este es eminentemente personal. Si no, ¿para qué hacer una película? Podría decirse entonces que lo que ofrece es un viaje a las profundidades de la mente, pero de la mente de Herzog, diseccionando y poniendo en evidencia los meandros y derivas de su pensamiento. Continuamente se observa este mismo pasaje entre lo particular y lo general, entre lo nimio y lo trascendental, entre lo científico y lo poético. Muchas de sus preguntas dejan sin palabras a los científicos, o los obligan a salir de su objeto de estudio específico para responder cuestiones como “¿te gustaría comunicarte telepáticamente con un colibrí?”, “¿los ratones son capaces de suspender su incredulidad?”, o “¿qué es un pensamiento?”. La incapacidad de la mayoría de los entrevistados de responder a esta última cuestión alimenta el escepticismo del director, que termina siendo justificado cuando logra dejar como estúpida a Siri, la inteligencia artificial de Apple, haciéndole una simple pregunta. Cuando los científicos tienen que admitir que no pueden responder a las preguntas trascendentales de Herzog, responden invariablemente agregando su acostumbrado e indigno “por ahora”. Una científica incluso se anima a darle una fecha estimada para cuando lleguen a descubrir los mecanismos del pensamiento humano: de acá a veinte o cincuenta años. Herzog le replica: “me gustaría más que fueran cincuenta mil años”.
En tiempos en que el mundo está omnubilado por las Inteligencias Artificiales, Herzog lanza este complejo documental preguntándose por la inteligencia original. Una palabra aparece constantemente en las entrevistas, y es la de “decodificación”. Como si el cerebro y todo lo que sucede en él fuera parte de un lenguaje (por ahora) ininteligible, y de lo que se trata es de encontrar la clave para descifrarlo. Aunque no lo dice, porque les sigue el juego a sus invitados y en muchas veces manifiesta su admiración por el trabajo que hacen, Herzog no cree que puedan avanzar más allá de la superficie estriada del cerebro, o peor aún, no cree que encuentren nada ahí, porque están haciendo las preguntas equivocadas.
Los buenos documentales casi siempre se esfuerzan por poner en evidencia, en lugar de ocultar, el dispositivo, el proceso por el cual el documentalista se apropia de la realidad con la mediación de la cámara. Herzog evidencia no sólo la forma en que hace documentales sino la forma en que piensa. Y esta, como lo que documenta, es fascinante. Sorprende a sus más de 80 años dando un giro asombroso, revelándose en contra del pensamiento moderno que siempre sostuvo como buen boomer bávaro, mostrando tintes poshumanistas y críticos de la escalera indefinida hacia el conocimiento total. Esto muestra que sigue manteniendo esa sensibilidad especial, ese estar abierto al mundo que lo rodea y de buscar la belleza y lo trascendental en las cosas simples de la vida como apreciar una película muda u observar el vuelo de un pájaro.
Titulo: Theater of Thought
Año: 2023
País: Estados Unidos
Director: Werner Herzog