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The Sparrow in the Chimney (2024), de Ramon Zürcher

“¿Cuánto se necesita para romper con una dinámica familiar?

Por Paloma Schachmann

Cuando se quiere gritar muy fuerte o cuando intentamos hacer sonar un elemento en sus máximos decibeles, pero la materia nos hace topar con su límite, lo único que queda para contrastar ese sonido es el silencio absoluto: lo único que puede sonar más fuerte que el máximo volumen de un fortissimo es el silencio.

Lo ensordecedor del silencio es uno de los ejes sobre los que pendula The Sparrow in the Chimney, la nueva película de Ramon Zürcher, que transcurre a lo largo de 2 días en una gran casa en las afueras de un pueblo suizo y que tiene nuevamente a “la familia” como tema central. La historia es sencilla: familiares lejanos se encuentran en una casa para celebrar un cumpleaños. Adentrados en la trama, los lazos familiares se van revelando de a poco a lo largo de un guion impecable que se ocupa de hacernos conocer el trasfondo de cada personaje de una forma tan sutil que es muy fácil transferirles incluso aquello que no se revela.

Aun cuando las situaciones que ocurren a lo largo de ese par de días son tan extremas que podrían hasta ponerse en duda de realismo, la forma en la que se presentan las vuelven arquetípicas, si acaso esa palabra puede aplicarse a acciones aparte de a personajes. La película está llena de simbología, pero es sobreexplícita. Y dentro de la locura que abraza a la familia anfitriona, es de un talento enorme lograr mostrar de los personajes todo aquello que se va a presentar en forma de silencio.

La fotografía, el montaje y las coreografías que se desarrollan en la casa están también cuidadas al máximo detalle y, por más que la película está anclada en el punto de vista de Karen (la madre de la familia que vive en la casa y cuyo marido es el agasajado del evento), se da algunas licencias para mostrarnos los mundos individuales del resto de la familia. En conjunto, la película nos lleva a acompañar a Karen a atravesar este par de días que son la ruptura total de su vida cotidiana hasta el momento. Ruptura que se logra también gracias a la visita de su hermana, quien casi distraídamente parece revelar de a poco todo aquello que Karen no había contado sobre sí misma.

La casa como territorio y la familia con sus individuos-ciudadanos que, así como en la sociedad, muchas veces cumplen con roles asignados que no eligieron.

Otro de los temas que aborda la película a través de esta familia es el de los chivos expiatorios. Karen cumple a su vez el rol de madre en una familia matriarcal y el rol de chivo expiatorio por parte de sus hijxs adolescentes respecto al agobiante clima que se vive en la casa. La fragilidad psicológica de Karen se mezcla con su violencia tanto como su culpabilidad o inocencia respecto a los problemas de su propia vida. El hijo menor, Leon, es también un chivo expiatorio en el colegio y uno de los momentos de mayor tensión de la película se genera cuando estos dos personajes se entrelazan en un hecho tan cotidiano como poner a lavar la ropa sucia.

Cuánto se necesita para romper con una dinámica familiar es tan coloso como lo que se necesita para modificar un comportamiento social. Pero cuando se realiza a través de la destrucción, es distinto, porque destruir es mucho más fácil, mucho más rápido y mucho más definitivo que construir. Y esta película lo afirma, mientras nos invita a pasar un fin de semana en familia.

Titulo: The Sparrow in the Chimney

Año: 2024

País: Suiza

Director: Ramon Zürcher

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