The Invasion (2024), de Sergei Loznitsa

El título del último documental de Sergei Loznitsa sobre Ucrania puede ser engañoso, ya que The Invasion no contiene nada de lo que sugiere. Con una duración de más de dos horas, la película está completamente desprovista de imágenes viscerales de acción militar y de la exposición de las brutales incursiones de Rusia en Ucrania.

En el comienzo de la película, y tal vez en el momento más memorable, se muestra a un grupo de jubilados relajados disfrutando de un clima muy agradable al lado de una tranquila carretera rural. Pero su animada charla se ve interrumpida por un fuerte estallido fuera de campo. En la siguiente escena, los jubilados se alejan en bicicleta hasta desaparecer en el horizonte. Esta escena inaugura el procedimiento que la película sostendrá hasta el final armando un relato lateral sobre los efectos del conflicto en la vida cotidiana.

Aunque podríamos esperar que The Invasion fuera una continuación de la impactante Maidan, esta última película es drásticamente diferente. En  lugar de describir cómo fue la invasión rusa de Ucrania, The Invasion explora cómo las rutinas sociales ucranianas han sido transformadas por los acontecimientos de los últimos 15 meses. Loznitsa ha estructurado The Invasion como una combinación de capítulos dedicados a eventos individuales: bodas y racionamiento de agua, prácticas de tiro y cirugías, festividades navideñas y las caóticas secuelas de un ataque aéreo. Estos fragmentos visuales están magistralmente montados para producir una imagen completa de cómo es la sociedad ucraniana en la actualidad.

Lo que hace que The Invasion sea interesante es que Loznitsa evita el heroísmo trillado y el melodrama típico del cine norteamericano. Si bien la película presenta escenas en las que las personas rinde homenaje a murales que conmemoran a los soldados ucranianos caídos, también muestra a personas comunes tratando y fallando en su intento de defender su nación, reclutas sin ningún tipo de experiencia intentando aprender a ser soldados en tiempo récord.

Hay un aire de respeto hacia la gente y el pueblo ucraniano en The Invasion que se siente en todo momento, mostrando cómo las masas mantuvieron la calma y siguieron viviendo. Tal vez reír y trabajar es en sí mismo un homenaje a su perseverancia. En lugar de centrarse en los mártires y víctimas muy llorados, The Invasion conmemora a aquellos sobrevivientes que luchan por continuar con sus vidas. El final de la película nos muestra una escena que puede ser clasificada como “fuerte” sin serlo realmente: una anciana del pueblo limpiando los escombros de su casa bombardeada, sola, ladrillo a ladrillo, separando los que quedaron en condiciones de volver a ser utilizados. La perseverancia de la anciana es tal vez el motor para que Loznitsa siga mostrando la crueldad sin exhibirla explícitamente en pantalla.