“La hipnosis helada”
Por Natalia llorens
Lucile Hadžihalilović vuelve a sumergirse en un universo de ensueño con The Ice Tower, una película que, más que contar una historia, propone una experiencia sensorial envuelta en una atmósfera gélida y enigmática. Con ecos de los cuentos de hadas europeos y la abstracción del cine experimental, la película se sitúa en un espacio-tiempo indeterminado, una recreación de los años setenta que nunca se siente del todo real, sino más bien como una evocación cinematográfica de una época, un recuerdo distorsionado por la memoria y el artificio del cine.
Desde su inicio, The Ice Tower impone su propio ritmo y reglas. Jeanne, una joven en fuga, encuentra su destino en un estudio cinematográfico donde se filma una versión de La reina de las nieves, de Hans Christian Andersen. Lo que sigue no es un relato tradicional de aprendizaje ni una transformación clara del personaje, sino una inmersión progresiva en un laberinto de espejos, un juego de identidades fragmentadas y reflejos ilusorios donde los límites entre realidad, sueño y cine se disuelven.
Hadžihalilović y su coguionista Geoff Cox estructuran el relato como una serie de viñetas que rozan lo onírico, donde cada escena parece desvanecerse antes de revelar su propósito. La arquitectura de los espacios —un orfanato en las montañas, una pista de hielo, un set de rodaje donde la nieve falsa se confunde con la real— refuerza la sensación de un universo suspendido en el tiempo. La imagen, capturada con una meticulosa precisión por Jonathan Ricquebourg, convierte la película en un espectáculo visual en sí mismo: planos largos y contemplativos que capturan la inmensidad del paisaje nevado, la frialdad de los interiores y la fragilidad de los cuerpos atrapados en este mundo de hielo y celuloide.
Si bien el filme se sitúa en un registro de “cuento de hadas” con tintes oscuros, evita la construcción clásica de conflictos o resoluciones. En su lugar, desarrolla una tensión sutil, casi imperceptible, entre la fascinación y el peligro. El vínculo entre Jeanne y la misteriosa figura que la acoge dentro del estudio se mueve entre la admiración, el deseo y la manipulación, pero Hadžihalilović rehúye las explicaciones directas, dejando que el espectador deambule por los intersticios de esta relación ambigua.
El diseño sonoro es otro de los pilares fundamentales de la película. La música, creada con el ondes Martenot, refuerza la sensación de trance, mientras que los crujidos del hielo y los ecos de los espacios vacíos amplifican la atmósfera de aislamiento y extrañeza. La película se construye como una experiencia sensorial antes que narrativa, atrapando al espectador en su textura helada y su tempo hipnótico.
Sin concesiones al melodrama ni al naturalismo, The Ice Tower se erige como una obra desafiante, que exige ser leída más allá de su superficie visual. No es una película para quienes busquen respuestas claras o una estructura convencional, sino para aquellos dispuestos a sumergirse en una pieza que, como los cuentos más perturbadores, deja una huella que persiste mucho después de que el último plano se desvanezca en la oscuridad.

Titulo: La Tour de glace
Año: 2025
País: Francia
Director: Lucile Hadžihalilović