“Elegía política”
Por Ian Quintana
Josef K., el famoso personaje de la novela de Kafka, se despierta una mañana para enterarse que fue procesado sin razón. Esto lo lleva a vivir un camino plagado de paradojas burocráticas y absurdos legales que se tornan una pesadilla. Jamás recibe explicación alguna del motivo de su proceso y debe aguantar en carne propia la asfixiante situación. Su adhesión al sistema que lo incrimina es la causa de su procesamiento, un sistema que no podrá cambiar. Vivirá todo con indignación y vértigo.
Casi como Josef K., Luiz Inácio Lula da Silva, un ex obrero metalúrgico, ingresó al sistema gubernamental de Brasil con el objetivo de cambiarlo. Sin embargo, fue arrastrado por las corrientes que se expanden en los altos mandos de poder y las consecuencias de su gobierno fueron la polarización de la sociedad y una nueva victoria de la derecha. Asfixiado por el propio sistema, Lula se vio acorralado por la corrupción inherente a la política, la cual ejerció, pero a la que también debió someterse. Estos hechos son la causa de los inevitables quiebres que sufren los gobiernos y las sociedades actuales. El problema es que estas rupturas, cuando nacen en ámbitos corruptos, van en detrimento del sistema democrático y aumentan la indignación y la desconfianza del pueblo.
Llegando al gobierno luego de múltiples derrotas electivas, Lula es elegido presidente en el año 2002, en representación del Partido de los Trabajadores, y luego de que su país haya atravesado casi dos décadas de dictadura militar. Su figura representó la renovación de un país y el inicio de una nueva era. El resultado fue la erradicación de veinte millones de personas de la pobreza y el reconocimiento de su Nación a nivel mundial, convirtiéndose en uno de los líderes más populares de la historia. Pero también las consecuencias de su mandato trajeron la división de una sociedad y la desilusión de muchas personas hacia un posible cambio en la corrupción que siempre contamina la política.
Desde este lugar de indignación y con una profunda sinceridad, la directora Petra Costa decide realizar su documental que se ha titulado en español Al filo de la Democracia (2019), pero que en portugués es Democracia em Vertigem, democracia en vértigo. Y a esto es lo que hace referencia la directora en cada fragmento de su film. Desde una mirada profundamente reflexiva, observamos cómo la democracia tambalea, cómo oscila entre un acto de bien y de corrupción, cómo promete, miente y condena sin razón, basándose siempre en intereses egoístas: vemos cómo se ha convertido en ese laberíntico mundo sin salida que debe experimentar Josef K. Un mundo al que no sólo Lula ha ingresado, sino también cada persona que nace en la sociedad, tal como le sucedió a Petra Costa.
Y esta mirada se transforma en profundamente personal dada la situación familiar que ha atravesado la directora. Petra Costa es nieta de empresarios de la construcción que apoyaron el golpe militar de 1964, pero también es hija de militantes marxistas que trabajaron en la clandestinidad y fueron detenidos durante la dictadura. Al igual que Dilma Rousseff, la madre de Petra fue detenida y torturada y ambas compartieron la cárcel durante el mismo período. Este hecho que une a ambos personajes da cuenta de la fina relación que teje Petra Costa entre su historia personal y la del país. Esta bifurcación de ideologías que lleva en la sangre es la que permite construir un relato que se caracteriza por su profunda sinceridad y la observación rigurosa de los hechos que conmocionaron a Brasil en los últimos años. De esta manera, Petra Costa no ahorra críticas ni cuestionamientos a los dirigentes de izquierda, a pesar de sentirse más inclinada hacia ellos, así como a los gobiernos de derecha que impulsaron el golpe militar de 1964 y se encargaron del proceso de destitución de Dilma Rousseff en el 2016.
Desde el inicio de la película notamos que Petra tiene un fácil acceso a la cúpula del gobierno. Compartimos junto con ella íntimos espacios en los que dialoga con Lula o con Dilma Rousseff, mientras conocemos las acciones políticas, los asuntos de Estado y la relación con la sociedad que marcó al movimiento del PT. Veremos cómo se reúnen su madre y Dilma Rousseff y entablan una conversación familiar, casi como si se hubieran conocido en aquellos años cuando la lucha era clandestina. A partir de los fragmentos de material de archivo utilizados conoceremos las alianzas que Lula hizo con partidos de derecha para ganar las elecciones y sus relaciones con los grandes industriales y las empresas de construcción para conveniencia propia. De este trato del gobierno, partirá la acusación del Juez Sergio Moro contra Lula, culpándolo de corrupción por beneficiar a una empresa constructora, y la destitución de Dilma Rousseff en el ámbito de lo que se llamó la “Operación Lava Jato”. La otra cara del relato muestra cómo se organizó el lawfare para que dicha investigación no caiga sobre los dirigentes de derecha y así abrir paso a un cambio de gobierno. A través de audios reveladores que parecen de ficción, escuchamos la planificación de cómo van a derrocar al gobierno de Dilma Rousseff para lograr sus objetivos. Años después de estos hechos, llegaría al gobierno de Brasil el ultraderechista Jair Bolsonaro.
Estos tiempos fueron vividos por Petra como un desengaño hacia toda la esperanza que la sociedad había depositado en la figura de Lula, pero también como una indignación hacia lo construido por las autoridades que nos representan. La polarización social aumenta de tal manera que los conflictos ya no se resuelven de forma democrática, sino desde un lugar de odio y tensión. Ahora se puede ver que es el mismo método que se utiliza en las altas esferas del poder. Eso es lo que busca el sistema, asfixiarnos, aislarnos, confundirnos para que no logremos entender qué están haciendo con nosotros.
“La democracia y yo tenemos la misma edad”, reflexiona la treintañera Petra Costa al inicio del film. “Y creía que en nuestros treinta y pocos años estaríamos pisando tierra firme”, continúa, con lamento. ¿Llegará algún día el momento del equilibrio? ¿Habrá algo en qué sostenerse o deberemos siempre estar confundidos por el vértigo?⚫
Titulo: The Edge of Democracy
Año: 2019
País: Brasil
Director: Petra Costa