“Pequeños latidos”
Por Belén Paladino.
Cada célula, imaginaba, se abría floreciente.
Milagrosamente todas las energías despiertas, dispuestas a luchar.
Clarice Lispector. Cerca del corazón salvaje.
Un campo de flores amarillas cubiertas por la bruma; ecosistemas marinos habitados por pequeños seres; árboles que saludan con sus hojas al viento; un hombre y una mujer durmiendo entrelazados bajo la luz de la luna; caritas infantiles reflejadas en superficies acuosas, habitan la geografía de The Cypress dance de les directores Mariana Caló y Francisco Queimadela.
Pequeños seres marinos se desplazan lentamente, se expanden y contraen. Ese pequeño latido, esa pulsación, es la que marcará el ritmo, la respiración de la película. El tacto se vuelve el sentido principal, a través de el se conoce, se explora, se aprehende. Lo pequeño se maximiza a través de su textura, forma y movimiento, por su devenir.
Los personajes humanos que recorren esta geografía se integran a ella sin intentar dominarla. No hay jerarquías entre lo humano y la naturaleza. El hombre también es naturaleza. Como salidos de una ensoñación, el hombre, la mujer y los niños transitan un tiempo que parece transcurrir de manera diferente a la habitual, donde todo respira. Los ciclos de la vida se advierten por sutiles que sean, inmersos en una transformación silenciosa.
A través de citas poéticas, referencias mitológicas y dibujos eróticos Caló y Queimadela reflexionan sobre los ciclos de la vida, la sensualidad de hombres y animales, de mujeres y vegetales. The cypress dance crea una geografía fantástica, alucinada y emotiva porque es real. Una experiencia sensorial, una preciosa y delicada poesía audiovisual.
Titulo: The Cypress Dance
Año: 2020
País: Portugal
Director: Mariana Caló y Francisco Queimadela