“Abrir el abanico hasta el límite”
Por Paloma Schachmann
La ópera prima de Federico Luis, Simón de la Montaña, llegó a las salas argentinas cargada de expectativas: galardonada con el premio Critics’ Week Grand Prize en el Festival de Cannes 2024 y habiendo recorrido los festivales más prestigiosos de cine con premios y nominaciones por doquier, la película se proyecta ante un espectador que llega a la sala esperando de antemano al menos algo.
Si acaso las películas son también los debates o pensamientos solitarios que nos habilitan, la propuesta de Simón de la Montaña es compleja y, ante todo, muy original.
Clasificada bajo la categoría Coming of age (películas donde el punto de vista está anclado en un personaje que va a atravesar una transformación absoluta producto de su “paso a la adultez”), la idea principal que nos trae Simón de la montaña no tiene que ver particularmente con la edad de nuestro protagonista, sino con cuánto abrir el abanico de posibilidades que se encuentran a la hora de pensar en cómo salir de una vida que resulta agobiante: abrir el abanico hasta el límite, para incursionar en las ideas polémicas y lo políticamente incorrecto, abrirlo hasta que se pierdan los pliegues y quede liso el camino para buscar la salida de un modo que pocxs se animarían a pensar como posible.
El talento inmensurable de Lorenzo Toto Ferro se encarna en Simón, el protagonista de esta historia que narra el encuentro entre un chico de veintipico de años que se hace amigo de un grupo de neurodivergentes que transcurren sus días entre actividades desarrolladas en un Centro de Día y excursiones por los paisajes que habilita vivir al pie de las montañas. Los certificados de discapacidad y la forma en la que los neurodivergentes son tratados en la sociedad son asuntos que se resaltan a lo largo de la película, de un modo que es imposible no sentirse interpelado y cuestionado por los pensamientos que la misma propone.
Aparte de la impecable dirección y el trabajo profundo del guion, lo que resalta a todas luces es el diseño sonoro de Martín García Blaya, con una propuesta tan protagónica como abrumadora y necesaria para terminar de adentrarnos en esta ficción anacrónica que podría suceder en cualquier momento de la historia. Parece obvio hablar de la importancia del sonido en el cine, pero no es tan cotidiano encontrar uno que sea tan preponderante y que a la vez se apoye sólo brevemente en la música para crear con tanta certeza un mundo donde sumergirse.
Simón de la montaña pone sobre la mesa una idea que seguramente para muchxs resulte loca. Pero qué sería de este mundo tan cuerdo si no tuviésemos el alivio de saber que la locura existe.
Titulo: Simón de la montaña
Año: 2024
País: Argentina
Director: Federico Luis