Siete años en mayo (2019), de Affonso Uchoa

“Una pila de muertos que tapa al sol”

Por Paulo Pécora

En una de las escenas más contundentes que componen el mediometraje Siete años en mayo, el protagonista narra con lujo de detalles su desgracia, un hecho fortuito que le arruinó la vida. En ese relato vívido y desgarrador engloba la tragedia de una sociedad entera –la brasileña, pero también la mundial- sometida todavía por las desigualdades, el abuso de poder, la violencia policial y el racismo. Su único interlocutor, que fue víctima al igual que él de la impunidad y la injusticia, lo escucha atentamente, en silencio, durante casi 20 minutos. Y luego le dice: “Hay una pila de muertos que tapa al sol y por eso todo está tan oscuro. Pero no hay noches que duren para siempre”. 

Haciendo gala de una tremenda lucidez, con esa y otras pocas escenas previas y posteriores (nada sobra, todo es valioso en este film sucinto pero poderoso), el cineasta brasileño Affonso Uchoa evoca el calvario de su compatriota Rafael dos Santos Rocha, un joven oriundo del municipio de Contagem, en Minas Gerais, que fue confundido como narcotraficante por policías, detenido, golpeado, humillado, sometido a torturas, a un simulacro de fusilamiento y a otras amenazas que lo obligaron a escapar primero a San Pablo, donde vivió como un vagabundo, y más tarde a Belo Horizonte, donde las circunstancias lo llevaron aún más abajo, convirtiéndolo en adicto al crack y vendedor de drogas, por lo que además fue preso y pasó un tiempo en prisión. 

Uchoa elige el documental en primera persona, dejando que Rafael narre su propia historia, pero además del testimonio directo se vale de herramientas ficcionales -que tienen al protagonista como “actor” de sus propios recuerdos- como la recreación del pasado y la metáfora social, atemporal, a través de un juego perverso entre “vivos y muertos”. El cineasta elabora un ensayo sobre el acto de la representación en el cine, un ejercicio personal muy efectivo, de tremenda actualidad. Por su universalidad, aunque con sus distancias y diferencias, la historia de Rafael podría aludir también al reciente asesinato de George Floyd en Minneapolis, la punta del iceberg de un problema de vieja data que actualmente parece expandirse como un virus por Brasil y Estados Unidos: el odio racial, el abuso y la impunidad consciente de las fuerzas de seguridad. 

Con la mirada perdida en una pequeña fogata frente a él, en la misma central eléctrica donde los policías lo torturaron aquel mes de mayo de 2007, Rafael parece transitar y revivir con sus ojos aquellos recuerdos. Son exactamente 17 minutos ininterrumpidos de relato en primera persona, tomados en un único plano sin cortes, lo que le otorga a cada una de sus palabras una fuerza y un realismo que hacen al espectador partícipe vívido de su catástrofe. “Lo peor es la rabia, que nunca pasa”, le confiesa a su amigo, que lo escucha en silencio y finalmente le responde: “Lo peor es el rostro de los tipos, que nunca desaparece”. 

La dimensión política y humana del film podría estar concentrada únicamente en esa conversación llena de dolor e impotencia entre dos víctimas del abuso policial. Pero el film evoca esas mismas heridas en las escenas previas y posteriores que transcurren durante esa misma noche, iluminada apenas por el brillo escaso de algunos faroles callejeros. El dramatismo de esos momentos ya no se halla en el contenido explícito de los recuerdos, sino en la impresionante sensación de orfandad y desprotección que provocan. La intensidad se produce tanto en la recreación ficcional que Uchoa hace de aquella pesadilla, simulando en un descampado la detención y el simulacro de fusilamiento al que fue sometido Rafael, como en la escena final, donde representa simbólicamente hasta qué punto, para un gran número de personas en el mundo, la sociedad es hoy un juego colectivo de muerte y supervivencia cuyas reglas se fundan únicamente en la violencia. 

Si bien describe una realidad cruel y perturbadora, la película de Uchoa no deja de transmitir cierta esperanza de emancipación al no permitir que ningún espectador salga indiferente después de verla. Y al obligarlo a preguntarse, junto al amigo de Rafael: ¿Hasta cuándo la pila de cadáveres seguirá tapando el sol? ¿Hasta cuándo durará la noche? ⚫

Titulo: Sete anos em Maio

Año: 2019

País: Brasil

Directores: Affonso Uchoa