Sanatorium (2025) de Gar O’Rourke

“Un mundo detenido”

Por Kristine Balduzzi

Sanatorium, de Gar O’Rourke, es una película que se desliza con paciencia por los pasillos descoloridos de una institución que parece haberse detenido en el tiempo. Filmado en el sanatorio Kuyalnik, a las afueras de Odesa, Ucrania, el documental retrata la persistencia de la vida en un entorno donde el pasado soviético aún habita la arquitectura, los tratamientos médicos y los cuerpos de quienes lo transitan. Mientras la guerra se asoma en el horizonte –a veces literal, en forma de humo o rumores de bombardeos–, el sanatorio continúa operando como si nada hubiese cambiado. Y eso, en el contexto actual, es en sí mismo una forma de resistencia.

O’Rourke, cineasta irlandés que ya había demostrado su interés por la relación de los ucranianos con el cuerpo y la salud en Kachalka (2019), compone aquí una sinfonía de observación y ternura. Sin caer en la nostalgia ni el exotismo, Sanatorium mira de frente la decadencia de un lugar que alguna vez fue símbolo de bienestar colectivo y que hoy se mantiene en pie gracias a la tenacidad de sus trabajadores y pacientes. Hay algo profundamente humano en este gesto de continuar, de encontrar sentido en la repetición de rutinas, en el lodo curativo, en los bailes improvisados en la antigua discoteca.

Entre los personajes que pueblan esta cápsula del tiempo, destaca Dmitriy, el gigantesco encargado del lugar. Su presencia domina el edificio, pero también revela una insospechada delicadeza cuando flota, solo, en la piscina terapéutica. Otros rostros memorables son los de Olena, la animadora que organiza fiestas como si piloteara un avión en caída libre; Natalia, que insiste en encontrarle pareja a su hijo cuarentón con ayuda de un catalejo; y los pacientes que llegan buscando alivio para heridas del cuerpo y del alma. Una mujer intenta concebir, otra lidia con el duelo de su marido muerto en el frente, un soldado se recupera de sus lesiones sin saber si alguna vez podrá “resucitar mentalmente”.

La cámara de Denys Melnyk se mueve con una elegancia contenida, componiendo planos simétricos, paletas de colores institucionales y zooms pausados que capturan el ritmo suspendido del lugar. La estética, de un extraño encanto retro, recuerda por momentos al cine de Wes Anderson, aunque aquí el artificio se quiebra constantemente por la crudeza de la realidad. Las elecciones musicales –que oscilan entre pop ucraniano, cantos litúrgicos y Careless Whisper de George Michael– suman al clima de desplazamiento temporal y emocional.

Sanatorium es un documental que rehúye el dramatismo fácil para encontrar, en cambio, una belleza modesta y luminosa. El refugio que ofrece no es ajeno al dolor, pero sí está atravesado por una fe inquebrantable en la capacidad de las personas para sostenerse unas a otras. En un presente marcado por la incertidumbre, la película ofrece una mirada cálida, irónica y profundamente vital sobre lo que implica seguir adelante, incluso cuando todo a tu alrededor parece estar a punto de colapsar.

Titulo: Sanatorium

Año: 2025

País: Irlanda

Director: Gar O’Rourke