Reinas (2024), de Klaudia Reynicke

“Sentimientos nostálgicos de nuestra infancia”

Por Fernando Bertucci

La película Reinas, dirigida por Klaudia Reynicke, presenta un viaje emocional que evoca sentimientos nostálgicos de nuestra infancia, hasta que el peligro del mundo real comienza a infiltrarse gradualmente en la vida de la familia protagonista. Ambientada en el verano de 1992 en Lima, Perú, la historia se desarrolla en medio de una crisis económica y política que pesa sobre una pequeña familia. Elena (Jimena Lindo) es madre de dos hijas, Lucía (Abril Gjurinovic) y Aurora (Luana Vega). Con la esperanza de encontrar mejores oportunidades, Elena decide mudarse a los Estados Unidos. Sin embargo, Lucía, una adolescente despreocupada, no está entusiasmada por dejar a sus amigos y se siente responsable de cuidar a su hermana menor, Aurora.

El último obstáculo que enfrenta Elena antes de realizar la mudanza es obtener la firma del padre de sus hijas, Carlos (Gonzalo Molina). A medida que el caos crece en su país, Elena y Carlos se encuentran en desacuerdo, al igual que sus propios hijos, mientras intentan lidiar con una dinámica familiar en constante cambio. La cinematografía capta la esencia del verano en Lima, presentando cálidos tonos y suaves brisas playeras. En este contexto, Elena y Aurora se mueven con despreocupación, ajenas a la gravedad de la situación que les rodea.

A medida que la fecha de la mudanza se acerca, Carlos busca acercarse más a sus hijas, quienes se sienten distantes de él. Su capacidad para ser la figura paternal divertida contrasta con la actitud protectora de Elena, lo que permite que las niñas se sientan más cómodas a su alrededor. Disfrutan de días en la playa y conducen sobre dunas de arena con su padre, regresando a casa a una Elena enfadada tras el toque de queda. La frustración de la madre se intensifica al ver que sus hijas no comprenden la ira que siente, lo que refleja la limitación de su percepción infantil.

Reynicke utiliza una dirección íntima y fluida que resalta el aislamiento de la conciencia de los niños, evocando la pureza de su inocencia. Sin embargo, mientras Elena se afana por reunir los documentos necesarios para iniciar su nueva vida, la película permite al público empatizar con su lucha. La frustración de Elena con la actitud despreocupada de Carlos respecto a la firma crece con el tiempo, revelando peligros que acechan justo fuera de la puerta de la familia, peligros que Carlos y las niñas aún no reconocen.

La película comienza como una historia despreocupada sobre la adolescencia, pero su luminosidad se ve rápidamente ensombrecida por el trasfondo del clima político que irrumpe en la vida de los niños. Reinas logra un brillante equilibrio entre los tonos de un verano infantil y la amenaza política inminente. Las escenas familiares, que incluyen a miembros de la familia extendida, hacen de esta película una experiencia reconfortante, uniendo a los personajes a través de una dirección magistral. Sin embargo, esa sensación de comodidad puede desvanecerse rápidamente cuando un recordatorio del mundo exterior interrumpe su paz. Esta dolorosa transición trae consigo el crecimiento inevitable que todos debemos afrontar: la dura realidad de que el verano no puede durar para siempre y que, a veces, el hogar son las personas, no el lugar.

En última instancia, Reynicke logra construir una comunidad palpable dentro de la familia, destacando el vínculo que une a cada miembro. Cada perspectiva se presenta claramente, lo que permite que la compleja lucha que se desarrolla se sienta en su totalidad. En este logro, la película se convierte en una conmovedora oda a la hermandad, los lazos familiares y, sobre todo, la fortaleza de la maternidad.

Titulo: Reinas

Año: 2024

País: Perú

Director: Klaudia Reynicke

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