“Nosotros y el río”

Por Ivan Garcia.

La ciudad de Fortaleza, en Brasil, está cruzada por un arroyo que tras haber sido vital para su conformación, fue ocultado y embalsado con el paso de los años, a medida que la urbanización crecía y los intereses económicos opacaron la realidad geográfica del lugar. Pajeú intenta recuperar ese vínculo primordial entre la naturaleza y las personas, entre los habitantes y el espacio donde les ha tocado vivir. 

Tras una ominosa pesadilla, en la cual se le presenta un ser que podríamos ver como el espíritu del río Pajeú, Maristela comienza a investigar sobre las características del riachuelo que recorre la ciudad, su historia y las razones que llevaron a que hoy fluya rodeado de pobreza, y representando un peligro para los habitantes de Fortaleza. Aquella primera pesadilla es seguida por un par de sueños más y algunos momentos que asemejan una posesión, que marcan un vínculo, como si aquel antiguo río la hubiese elegido a ella para encontrar su historia y las injusticias que la rodean. 

De este modo la película adopta un estilo naturalista y durante la mayoría del tiempo un perfil que se asemeja al documental, con Maristela entrevistando distintas personas en torno a su relación con el riachuelo. Al mismo tiempo su vida transcurre entre clases y algunos momentos compartidos con su mejor amigo. El realizador Pedro Diógenes intenta trazar un paralelismo entre este río, su potencial, y Maristela misma. Es por eso que la investigación vira de a poco a aspectos más introspectivos, y las preguntas que ella hace a la gente pasan a ser tales como “¿No te preocupa desaparecer?”. 

Pajeú muestra, si bien de manera superficial, cómo los intereses económicos empresarios y políticos terminan perjudicando la vida de la gente y la naturaleza del lugar donde viven, embalsando ríos y provocando inundaciones y tremenda contaminación. Lo que maneja mejor es el terreno simbólico de proyección entre la protagonista y este misterioso espíritu del río, entre la necesidad de darle libertad y desarrollo a lo natural, ecológico, y producir lo mismo en nosotros como individuos. 

La importancia del riachuelo, que parece haber desaparecido de la memoria colectiva popular, de su historia, es equivalente a la historia de la ciudad de Fortaleza y su gente, que puede desaparecer a la sombra de grandes edificios y proyectos inmobiliarios. Diógenes muestra este conflicto profundo y difícil de representar de una forma que no requiere grandes producciones, sino más bien enfocándolo desde una búsqueda individual que funciona como sinécdoque de aquel conflicto entre las sociedades modernas y el ecosistema.