No Other Land (2024), de Basel Adra, Hamdan Ballal, Rachel Szor y Yuval Abraham

No Other Land es un documental conmovedor, inmersivo y visionario que narra la erradicación de las aldeas en el área de Masafer Yatta, en el sur de Cisjordania, desde la perspectiva de Basel Adra, un joven activista y periodista palestino criado en la zona, y Yuval, un periodista israelí que lo apoya en su esfuerzo por dar a conocer la situación de su comunidad. Realizada por un colectivo palestino-israelí de cuatro jóvenes activistas, la película ofrece una mirada íntima y desgarradora sobre la lucha de Adra contra la ocupación israelí.

Desde niño, Adra ha estado combatiendo la expulsión masiva de su comunidad. Recuerda vívidamente la primera vez que arrestaron a su padre y cómo asistió a su primera protesta a los siete años. Con el tiempo, los jóvenes de su entorno comenzaron a documentar en video la vida en las 20 pequeñas aldeas de Masafer Yatta.

El área ha estado bajo ocupación israelí desde la Guerra de los Seis Días en 1967 y fue designada para entrenamiento militar del ejército israelí, lo que justificaba la expulsión de los palestinos de sus hogares. Los intentos de las comunidades por reconstruir viviendas improvisadas suelen ser frustrados por contratistas israelíes, respaldados por el ejército, que las destruyen y mantienen a los locales alejados.

En su camino, Adra conoce a Yuval, un periodista israelí que lo apoya, y juntos forman una alianza inesperada, apresurándose a diversos sitios para filmar edificios siendo demolidos y personas desplazadas. La película explora cómo la relación entre Adra y Yuval se tensa debido a la desigualdad entre ellos: mientras Basel Adra vive bajo ocupación militar, Yuval disfruta de libertad y sin restricciones. Sin embargo, el verdadero corazón de la película reside en las imágenes viscerales de hogares siendo destruidos, la implacabilidad del ejército y el sentido de comunidad dentro de las aldeas.

La película no pretende ofrecer una visión equilibrada o perspectiva. Es claramente una historia vista desde un solo ángulo, y aunque algunas imágenes de archivo intentan presentar puntos de vista desde la perspectiva israelí, es el metraje capturado por Adra y sus colegas lo que impulsa el documental. Este material incluye escenas desgarradoras, como un hombre siendo disparado por el ejército mientras intentan confiscar un pequeño generador móvil (dejándolo paralizado); la demolición de un patio de recreo y una escuela primaria; y un colono judío armado disparando a quemarropa a un palestino.

Las imágenes de la opresión por parte de las fuerzas israelíes y los ataques de los colonos judíos son brutalmente inquietantes, pero la película equilibra esto con secuencias cálidas de familias riendo y fortaleciendo sus lazos en medio de grandes adversidades; niños jugando y sonriendo entre edificios devastados, mostrando un profundo sentido de calidez y compasión dentro de las comunidades.

El ataque del 7 de octubre por parte de combatientes de Hamas cambió drásticamente la situación, con un aumento de la violencia de los colonos y una represión más severa de las fuerzas israelíes en Cisjordania, llevando finalmente a más familias a abandonar su sueño de seguir viviendo en Masafer Yatta. A pesar de las protestas y la determinación de permanecer en su tierra, las familias ceden ante lo inevitable.

No Other Land es una película poderosa, provocadora y profundamente emotiva, realizada con pasión por un colectivo palestino-israelí de cuatro jóvenes activistas que ofrecen una resistencia creativa, manteniendo viva la esperanza de que la justicia prevalezca.