“La ambición como crimen”
Por Fernando Bertucci
En tiempos difíciles, el cine exige una mirada desafiante, y No Beast. So Fierce. responde con una reinterpretación feroz de Ricardo III, trasladando el drama shakesperiano al submundo criminal de Berlín. Burhan Qurbani moldea un relato de ambición desmedida y violencia sin concesiones, donde las luchas de poder se transforman en una danza de sangre y traición.
Desde sus primeras escenas, la película establece su identidad visual con una puesta en escena opresiva y cargada de simbolismo. Los espacios parecen cerrarse sobre los personajes, atrapándolos en un destino inevitable. La ambientación evoca tanto los westerns crepusculares como el cine de Pasolini, con paisajes urbanos despojados de humanidad y un desierto que se convierte en el último campo de batalla. La dirección de arte crea un Berlín fantasmagórico, donde la violencia es ley y la traición es el único camino hacia el poder.
El guion de Qurbani y Enis Maci juega con la fusión del verso shakesperiano y el lenguaje callejero contemporáneo, generando un choque estilístico que, lejos de ser disonante, potencia la naturaleza híbrida del film. Los diálogos adquieren una cadencia casi hipnótica, resaltando la teatralidad de la historia sin perder su crudeza. Es un equilibrio difícil de mantener, pero la película lo logra en la mayor parte de su metraje, sosteniendo un ritmo electrizante.
Visualmente, la propuesta es arriesgada y logra mantener su magnetismo durante dos tercios de la narración. La fotografía de Yoshi Heimrath juega con luces neón y sombras profundas para construir un universo donde la oscuridad es tanto literal como metafórica. Sin embargo, en su último acto, la película abandona parte de su energía inicial en favor de una estética minimalista que, aunque intrigante, reduce el impacto emocional del desenlace. La transición a un espacio casi vacío para el clímax resulta una decisión divisiva, privando a la historia del cierre visual que su intensidad prometía.
A nivel narrativo, No Beast. So Fierce. se mantiene fiel a su espíritu shakesperiano, presentando un ascenso al poder marcado por la manipulación y la crueldad. El arco de su protagonista se despliega con precisión quirúrgica, convirtiéndola en una figura de ambición insaciable y carente de piedad. Su camino hacia el dominio absoluto está plagado de traiciones, donde la seducción y la violencia se entrelazan en una coreografía de destrucción.
Qurbani demuestra una vez más su habilidad para reimaginar clásicos en contextos contemporáneos, como ya lo hizo en Berlin Alexanderplatz. Sin embargo, aquí lleva su audacia aún más lejos, desafiando convenciones narrativas y estilísticas. Es una película que exige del espectador tanto como ofrece: un relato sin concesiones, donde el poder es un juego mortal y la humanidad es solo un obstáculo en el camino hacia la supremacía.
A pesar de algunos deslices en su tramo final, No Beast. So Fierce. se erige como una obra poderosa, que expande los límites del cine criminal y la tragedia clásica.

Titulo: No Beast. So Fierce
Año: 2025
País: Alemania
Director: Burhan Qurbani