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México 86 (2024), de César Díaz

Efemérides íntimas

Por Andrés Brandariz

Nominalmente, México 86 se integra a la reciente moda de bautizar películas con su tiempo y espacio: Argentina 1985, Chile ‘76 y las que vengan, que probablemente sean varias. Narrativamente, está más cerca de la segunda que de la primera: tanto México 86 como Chile ‘76 abordan los aspectos tangenciales de los grandes hitos históricos.

En el caso que ocupa estas líneas, se trata de un año y un lugar muy cercanos al corazón argentino: la segunda consagración de la camiseta albiceleste en un Mundial, con Diego Armando Maradona como estandarte. Para César Díaz, el hito es el trasfondo: mientras la TV local se deslumbra con las delegaciones extranjeras y los chicos fantasean con el Estadio Azteca en humildes canchas polvorientas, alguien se juega la vida tipeando en la redacción de un diario, con una peluca rizada que oculta su pelo lacio y muy corto: María (Bérénice Bejo), guerrillera de izquierda escapada de Guatemala que intentará, en la que posiblemente sea su única oportunidad, revelar al mundo las atrocidades cometidas por la dictadura guatemalteca con apoyo de Estados Unidos.

Acaso sólo sea el vicio de tender puentes, pero posiblemente el canon más apropiado para definir México 86 no esté ni en Argentina 1985 ni en Chile 76’, sino en otras dos producciones argentinas: Infancia Clandestina, de Benjamín Ávila, y La larga noche de Francisco Sanctis, de Andrea Testa y Francisco Márquez. La cámara nerviosa, el pulso narrativo del thriller setentista norteamericano –significativa inversión, usar las formas que primero se usaron para señalar las conspiraciones en el interior de los Estados Unidos hacia sus principales víctimas, las de su política exterior-, y la familia como territorio convulso, incierto, condicionante y condicionado por la vida oculta que le cabe al guerrillero. Una suerte de dualidad superheroica que la puesta en escena potencia, cada vez que María se pone anteojos y peluca para ir a su trabajo como si de una versión comunista y femenina de Clark Kent y Superman se tratara.

La familia es donde está el corazón, y allí también late el de México 86, mientras María se debate entre sus lealtades políticas y el deseo de su pequeño hijo (Matheo Labbé) por llevar una vida normal.

Las falencias (cierta unidimensionalidad en algunas caracterizaciones, una sobriedad excesiva que conspira contra los elementos de género) se compensan con otra actuación monumental de Bérénice Bejo, uno de esos rostros del cine que los años vuelven cada vez más poderosos. Apenas un primer plano y su mirada es lo que necesita esta película para clausurar en una nota contundente, honda y evocadora.

Titulo: México 86

Año: 2024

País: Bélgica/Alemania

Director: César Díaz

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