“Una reflexión sobre la vejez”
Por Belén Paladino
Un hombre recorre su casa y comenta las ventajas de patios, enredaderas que cubren las paredes y espacios amplios ideales para ser habitados por niños, perros y gatos. El hombre podría ser un agente inmobiliario intentando vender la propiedad, pero no, el que habla a cámara es Rodolfo Livingston, uno de los grandes arquitectos de argentina.
Del otro lado de la cámara se ubica Sofía Mora, que con Método Livingston vuelve a la dirección luego de un largo período abocado a la producción. Hace diez años la directora estrenaba su opera prima La hora de la siesta, una película intimista que se centra en la espera de una niña preadolescente y su hermano pequeño hasta que llegue el momento del entierro de su padre. Mora acompaña el vagabundeo de los dos hermanos en pleno duelo y transformación. El traspaso de registro, de ficción a documental, resulta de lo más natural, la mirada paciente y atenta de la directora ya presente en su trabajo anterior ahora se agudiza. Esa mirada habilita a que la persona que esté delante de la cámara tenga tiempo de habituarse y de desarrollarse en el espacio con comodidad. La cámara no condiciona, espera.
El propio Livingston desarrolla este tipo de mirada, cuyo método se centra en la escucha atenta de sus clientes. En conocerlos para diseñar un espacio en base a sus deseos, expectativas y necesidades. Los arquitectos de familia, como los llama, son aquellos que establecen un vínculo con el cliente, para registrar sus hábitos y costumbres y crear un espacio propicio para esa familia. Como señala Livingston la arquitectura tiene que estar vinculada con la felicidad.
El documental está constituido por varios tipos de registro y temporalidades, generando por momentos una idea de bitácora, de diario de viaje. Al seguimiento de Livingston en la actualidad se le suman imágenes de archivo de entrevistas de finales de la década del noventa que en si mismas son un gran testimonio no solo de la personalidad y la coherencia del arquitecto sino también del contexto social y político de aquellos años, con el cual se pueden establecer continuidades directas con el presente. Livingston desarrolla un análisis muy interesante del espacio en relación con los tiempos que atraviesa un país. Estableciendo un vinculo entre lo macro y lo micro, entre la política y el espacio. Entre el afuera y el adentro, pensando ambos espacios no como dos aspectos separados, sino estableciendo continuidades entre ambos. Este punto de su teoría estuvo determinado por su experiencia en Cuba tras los primeros años de la revolución. Livingston participó activamente en la construcción de barrios para los trabajadores y estuvo atento a las necesidades y posibilidades prácticas del lugar y sus habitantes.
A pesar de las anécdotas y del gran sentido del humor de Livingston a lo largo de la película subyace cierta melancolía. La recurrencia del pasado que habilita el recuerdo en cierto punto obliga a Livingston a contrastar su presente tranquilo y sedentario con un pasado de mayor actividad e imprevisibilidad.
Método Livingston no es solo una película sobre la teoría novedosa y rebelde de un arquitecto audaz es también una reflexión sobre la vejez. Pero no desde la solemnidad sino desde el humor y carisma de un hombre que continua activo y encantado de estar frente a una cámara compartiendo su historia⚫
Titulo: Método Livingston
Año: 2019
País: Argentina
Director: Sofía Mora