Mapacho (2019), de Carlos Marin Tello

“Resistencia es visibilizar”

Por Rocío Rivera.

El colectivo trans travesti ha ganado territorio en las producciones audiovisuales, pudiendo encontrar y generar los espacios donde representar sus propias problemáticas y realidades. Brecha laboral, salarial, crímenes de odio, restricciones en el acceso a la salud y la educación, entre otras de las muchas injusticias que este colectivo debe afrontar a diario, no sólo en Argentina, sino en todo el mundo. Desde Perú llega Mapacho, la ópera prima del director Carlos Marín y la primera película peruana protagonizada por actrices trans.

Mapacho nos presenta, lo que en principio podría verse como un triángulo amoroso entre un hombre y dos mujeres: Félix, un joven muchacho que maneja una mototaxi para ganarse la vida, pasa los días coqueteando y luego concretando una relación amorosa con Karina, una chica que, según su propia madre caracteriza, utiliza a sus parejas económicamente para poder sostener a su hijo y obtener ganancias monetarias. Pero Félix luego duerme durante las noches con Marcia, una mujer trans que lo ha ayudado económica y emocionalmente, cuando su familia lo dejó solo siendo apenas un adolescente. Lo que a primera vista parece ser un conflicto amoroso, posteriormente se va transformando en un drama con trasfondos de transodio, uno de los problemas sociales y culturales que más padece el colectivo trans travestis.

La representación y mostración de esta injusticia social se va incrementando en la película: comienza apareciendo con comentarios por lo bajo, murmullos de intolerancia que se irán contrarrestado con monólogo de las protagonistas trans donde el orgullo y la felicidad de la aceptación propia vencen al odio de aquellxs que no aceptan la diversidad. Luego, la intolerancia verbal se transforma en violencia física, peleas con contacto cuerpo a cuerpo e insultos muy agresivos. Y finalmente se concluye con la forma más cruel que se puede esperar en la escala de violencia contra las mujeres y las disidencias.

Mapacho ambienta toda la acción en un pueblo peruano abrazado por la tierra, el polvo y el trabajo precarizado. La dirección de fotografía brinda varios fotogramas artísticos de los cielos del atardecer de aquel pueblo que parece olvidado en el tiempo, así como también de ambientar todo el film c con una gama de colores que complemente las calles de tierra por donde se mueven lxs personajes. Pero, además, dentro de toda la opresión y la injusticia que la división internacional del trabajo determino para los mal llamados “países subdesarrollados” (trabajos no formales, con ingresos escasos, inestabilidad laboral, condena a los créditos económicos, etc), el film también muestra la opresión de las personas por las personas, de la heteronorma a las disidencias. Se exhiben los estereotipos comunes con los cuales se estigmatiza a las mujerescis (interesadas, aprovechadoras, competencia entre ellas, etc.) y aquellos con los que también se lastima a las disidencias (la duda flotante acerca de la autopercepción, las cargadas y escarnios colectivos, la violencia que se ejerce sobre sus cuerpos, etc.).

Mapacho se suma a la cinematografía latinoamericana que comienzan a darle lugar a las voces que antes no tenían espacios, que se suman a la mostración de las injusticias que los colectivos LGBTIQ+ deben sortear a diario aquí en Latinoamérica, con sus particulares realidades, conflictos e injusticias.

Titulo: Mapacho

Año: 2019

País: Perú

Director: Carlos Marin Tello

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