“Esta no es una película”
Por Agustina Osorio.
Tal como advierte al inicio Los visionadores, esta no es una película. Es un universo, como el de tantos que no consumo, ya sea Marvel, DC y demás, pero del que me permito hablar igual. La diferencia de este universo es que no se concibió como tal, no hubo un Stan Lee que le diera vida o pensara con todos sus personajes o historias, sino que estuvo ahí todo este tiempo; solo faltaba un Frenkel para que ubicara todas las películas que conformaron el género y las uniera con unos toques mágicos de edición para dejar al descubierto un mundo lleno de moralina, lugares comunes, frases hechas, inverosimilitud y gestos exagerados.
Quienes hayan vivido de manera directa el cine a través del VHS recordarán las advertencias iniciales hechas en animación sobre los peligros de alquilar o comprar películas piratas. Quienes son más jóvenes quizás se acerquen a ese tipo de joyas como en un museo cool de piezas pop y retro. Como sea, quienes miren esta película (que no es una película) podrán deleitarse con el estilo de lleno.
La precariedad del instrumento comunicacional y moral barata del mensaje sobre la piratería iba en total concordancia con las películas de las que habla Los Visionadores. El inicio sienta el tono y lo sostiene durante los 51 minutos que dura.
Drogas, desenfreno, boites, boliches, juventudes sin barreras. Todo es una amenaza a la moral y buenas costumbres de una Argentina supuestamente seria. La única salida es la fuerza de la ley y las instituciones estatales. Acá no hay superhéroes sino policías corajudos, bien machos (cambien la “m” por una “f” y es lo mismo) y, cada tanto, un Falcon verde. Lo mejor de todo, es que casi todxs los actores y actrices que conocemos han sido parte de ese mundo ridículamente aleccionador. Desde Antonio Grimau pasando por Mario Pasik, Gerardo Romano (pre-progre), Federico Luppi, Ricardo Darín (pre-Campanella), Graciela Borges, Graciela Alfano, Katja Alemann, el Ova Sabatini (ok, no es actor pero igual es conocido) y claro… el gran Rodolfo Ranni… el Zeus del universo de los policiales argentinos filmados entre los 70s y 90s. El rey de las puteadas, master del castigo a punta de pistola y quien da sentido a la nueva dimensión que surge al poner todas las películas juntas en un mismo visionado: The Rannix.
En la nueva dimensión, los policiales dialogan entre sí pero no como los famosos “easter eggs” del universo de superhéroes o de Pixar (esos guiños y elementos de una película que podés encontrar en otra de la misma productora o saga). Acá, la torpeza en los guiones básicos y repetitivos permiten que los personajes mantengan una conversación entre sí. Si total, las temáticas eran similares y las historias estaban repletas de lugares comunes; no solo en la letra sino también en los recursos metafóricos, desde el uso de la luz roja, el zoom, la representación de la decadencia y hasta la forma de disparar el arma.
Finalmente, Frenkel lo hizo otra vez. En mi caso, me atrapa con el estilo desopilante que se hace pasar por puro humor bizarro para luego meter como caballo de Troya un montón de ideas que aparecen al terminar la película. En esta oportunidad, me quedo pensando si la seguidilla de policiales argentinos obvios y berretas tuvieron alguna consecuencia en la realidad o si eran reflejo de una postura del momento. En cuanto a lo último, estoy segura que sí. En cuanto a lo primero, creo que también.
En otro nivel y con menos ficción, en el país persiste una visión superficial y generalizadora sobre el uso de las drogas y un convencimiento acerca de la necesidad (única?) de las fuerzas policiales para solucionar el “asunto”. Quizás no todo sea tan berreta ni bizarro, pero seguramente algunas personas que ocupan lugares de decisión, todavía estén dentro de la Rannix, creyendo que el problema son “lxs jóvenes sin barreras” y que la solución podría venir de la mano de un justiciero empuñando una pistola.
Solo me queda por decir que este es el tipo de collage y uso de las piezas retro que se disfruta y deja algo. No es solo deleite fetichista o de culto. O lo es… pero también puede ser algo más; porque el cine nunca es solo imagen en movimiento. Ya sea en una recopilación de cine clase B o en millones de historias, spin-off, remake, secuela o precuela de superhéroes reivindicadores del imperio norteamericano, siempre hay ideología que se asoma.
Titulo: Los visionadores
Año: 2021
País: Argentina
Director: Néstor Frenkel