Little, Big, and Far (2025) de Jem Cohen

“Los susurros del universo”

Por Natalia Llorens

En Little, Big, and Far, Jem Cohen ofrece una obra que, más que contarse, se contempla. El cineasta nacido en Afganistán y radicado en Nueva York lleva décadas filmando con una sensibilidad única, resistiendo las convenciones del cine industrial con una mirada que mezcla lo poético con lo político. Esta última película, presentada en la Competencia Internacional de Visions du Réel, es una meditación epistolar y cósmica sobre nuestra relación con el tiempo, el conocimiento y la desaparición.

A través de la figura de Karl, un astrónomo austríaco septuagenario interpretado por Franz Schwartz, Cohen entrelaza pensamientos sobre la materia oscura, la extinción de las especies y el deterioro del planeta con una narrativa mínima, sostenida por cartas, grabaciones de voz y momentos de observación aparentemente casuales. Karl mantiene una correspondencia con su esposa Eleanor (Leslie Thornton), también cosmóloga, desde su residencia en Texas. Sus intercambios revelan tanto el desencanto por las verdades científicas como una esperanza melancólica en lo que aún no comprendemos.

En una escena emblemática, Karl escucha Cosmic Music de John y Alice Coltrane, identificando en el caos controlado del free jazz un eco del firmamento. Esa asociación entre música y cosmos es más que una metáfora: es la forma en que Cohen nos recuerda que lo desconocido no es necesariamente vacío, sino vibración, posibilidad. La película vibra con esa frecuencia. A lo largo de su trayecto —que lo lleva desde una conferencia en Grecia hasta una isla remota donde espera ver el cielo con claridad— Karl se convierte en una figura quijotesca, alguien que sigue creyendo que mirar las estrellas aún tiene sentido. En paralelo, Sarah, una joven colega que trabaja en museos, reflexiona sobre su profesión en crisis: los museos, dice, se han convertido en mausoleos ante la acelerada desaparición de la biodiversidad. Su relación con Mateo, un astrónomo ecuatoriano, agrega una capa de intimidad a esta constelación de voces que buscan respuestas sin certezas.

El film no se esfuerza por construir una trama convencional. Al contrario, se asienta en la contemplación, en la textura del pensamiento, en imágenes que parecen grabadas por azar pero que resuenan como revelaciones. La utilización de materiales capturados por telescopios espaciales como el James Webb o misiones como Rosetta aporta una dimensión visual hipnótica. Sin CGI, sin artificio, Cohen reafirma su fe en lo real y en el cine como forma de resistencia. Little, Big, and Far es un ensayo visual sobre lo que se escapa y, a la vez, sobre lo que permanece si estamos dispuestos a mirar. Es también una carta de amor a la observación, a la ciencia entendida no como certeza sino como pregunta abierta. En un mundo cada vez más saturado de información e imágenes, Cohen apuesta por el silencio, por lo diminuto, lo lejano y lo enorme. Por lo que aún puede maravillarnos.

Titulo: Little, Big, and Far

Año: 2024

País: Austria

Director: Jem Cohen