Las novias del sur (2024), de Elena López Riera

A partir de un entramado de entrevistas y material de archivo, Las novias del Sur intenta entender qué es lo que define la identidad de una mujer a partir de la concepción del matrimonio tradicional. Recopila historias variadas, diferentes experiencias en torno al mismo objeto. La película busca reconstruir la identidad de la narradora -que en este caso es la realizadora- a partir de la diferencia (o no) en relación a estas mujeres. La incógnita principal es la madre de la narradora, a quien solo podemos acceder a partir de los relatos de otras.

¿Si una mujer no es madre o esposa, qué es? Escuchamos historias sobre mujeres en relaciones heterosexuales que fueron sometidas, compradas o invitadas por la idea del matrimonio. Es interesante escuchar diferentes versiones de una misma experiencia porque ahí entendemos cuáles son los puntos en común que quizás sirven para hacernos una idea de lo que puede llegar a contribuir con una identidad femenina colectiva. Es muy complejo pensar que algo externo e impuesto define un género, y a su vez es el dolor y amor compartido que está bajo la superficie lo que parece conciliar con un sentido más profundo. Una especie de resiliencia, fortaleza, y una ternura que teje aquellos testimonios. Hay que pensar que las mujeres entrevistadas son mayores, por lo que las imposiciones no son necesariamente las mismas que las de las modernas y posmodernas -o sí, sólo que han cambiado semánticamente-. Permanece igualmente en ellas y en todas, un deseo, que predomina en la mayoría de las entrevistas y es lo que parece conducir el hilo de la experiencia de varias. Ya sea enviudadas, por fuera o por dentro del matrimonio, un deseo de satisfacción que por mucho tiempo se mantuvo en secreto, casi que prohibido.

No solo aparecen cuestiones de lo impuesto socialmente, sino la relación entre nosotras, por lo menos en el vínculo madre e hija. Que la narradora no pueda acceder a su madre sino es a través de otras, habla de lo difícil que es definir a la mujer por fuera del rol principal que cumple. Creo que es una experiencia universal el entender a nuestras madres, solamente cuando las podemos entender como mujeres. Solo cuando entendemos la belleza y el dolor que conlleva esta experiencia humana -que lamentablemente, hay una diferencia social por lo que, va en separado en relación a la experiencia de los hombres- es cuando podemos pararnos a la distancia y ver algo que nunca pudimos ver.

Las entrevistas funcionan entonces como una construcción de algo general que a la vez es específico e íntimo, y está intrínseco en la experiencia de cada una. Si bien el foco es en mujeres cisheterosexuales (o por lo menos las relaciones que relatan), quizás la película intenta encontrar una forma de no definirse en relación de oposición hacia los hombres, justamente porque el problema de la narradora aparece a partir de no tener hijos y no estar casada. ¿Qué tenemos en común? ¿Que me define a mí, mujer sin hijos y sin anillo? No sé si hay una respuesta concreta, o algo que pueda explicarse con palabras. Algunas quieren amor, o sexo, y otras no quieren ninguno de los dos. Creo que es en los ojos de la otra, en la mirada entre nosotras donde encontramos ese punto en común, y en cómo nos relacionamos entre nosotras, ya sea recopilando estos relatos e intentando de encontrar una respuesta, donde aparece algo que solo nosotras parecemos entender y que ninguna realmente puede explicar.