El 28.° Festival de Cine Black Nights de Tallin, celebrado del 8 al 24 de noviembre en la capital de Estonia, ha llegado a su fin con el triunfo de la película mongola Silent City Driver, dirigida por Sengedorj Janchivdorj. La obra se alzó con el Gran Premio a la Mejor Película en la Selección Oficial, cautivando al jurado por su narrativa cruda y su impresionante estilo visual. Ambientada en las paisajes urbanos de Mongolia, la película aborda una historia existencial sobre la vida en el límite, explorando temas de vida y muerte con un enfoque cinematográfico único. Además, la película obtuvo el premio a la Mejor Dirección de Arte por su uso sutil y efectivo del espacio y los detalles.
El galardón a la Mejor Dirección fue para Nir Bergman por Pink Lady (Israel/Italia), una obra que el jurado destacó por su profundidad emocional y su impecable ejecución técnica. La película ha sido elogiada por su habilidad para construir un mundo coherente donde cada elemento, desde las actuaciones hasta el ritmo, crea una experiencia conmovedora.
En la Competencia de Óperas Primas, el premio a la Mejor Película fue para No Dogs Allowed (Alemania), dirigida por Steve Bache. El filme aborda con sensibilidad el difícil tema de la pedofilia y el grooming en línea, siendo destacado por su elenco excepcional y su valiente tratamiento de un tema ignorado en el cine convencional.
Por su parte, el premio al Mejor Director de Ópera Prima fue otorgado a Diego Figueroa por A Yard of Jackals (Chile), un psicodrama que, según el jurado, evoca la atmósfera inquietante de los trabajos de David Lynch.
En la competencia báltica, los principales premios fueron para películas lituanas. The Southern Chronicles de Ignas Miškinis recibió el premio a la Mejor Película Báltica por su original representación de la Lituania postsoviética a través de un viaje en el tiempo, mientras que Laurynas Bareiša fue reconocido como Mejor Director Báltico por Drowning Dry, que tuvo su estreno en el Festival de Locarno.
La edición también otorgó el premio de la crítica a The Brothers Kitaura de Masaki Tsujino (Japón) y reconoció a The Watchman de Lou Du Pontavice y Victoire Bonin (Francia/Bélgica) como el mejor documental.
El Festival de Tallin continúa consolidándose como uno de los eventos cinematográficos más importantes del norte de Europa, destacando por su enfoque en obras audaces y comprometidas con el arte cinematográfico global.