Kontinental ’25 (2025) de Radu Jude

“El afilado espejo de Radu Jude”

Por Natalia Llorens

En Kontinental ’25, el cineasta rumano Radu Jude demuestra, una vez más, su inigualable capacidad para diseccionar las complejidades morales de la sociedad contemporánea. Esta nueva entrega, rodada con un iPhone y envuelta en una aparente simplicidad visual, se erige como una de sus obras más contundentes y provocadoras hasta la fecha.

Jude, conocido por su mirada mordaz en películas como Bad Luck Banging or Loony Porn y Do Not Expect Too Much from the End of the World, ofrece en Kontinental ’25 una narrativa más íntima, pero no menos devastadora. La historia sigue a Orsolya (interpretada con una sutil intensidad por Eszter Tompa), una ejecutora de desalojos de clase media alta, que se enfrenta a las consecuencias de su “humanitaria” labor cuando un hombre sin hogar, al que debía desalojar, se quita la vida.

La película inicia con un giro hitchcockiano, dedicando sus primeros quince minutos al sin techo (un impresionante Gabriel Spahiu) que deambula por las calles de Cluj, una ciudad transformada en un grotesco escenario neoliberal, donde robots y dinosaurios animatrónicos contrastan con la decadencia humana. Esta introducción prepara el terreno para el verdadero protagonista: la conciencia de Orsolya, atrapada en un vaivén entre la culpa y la necesidad de absolución.

Jude maneja con maestría las influencias cinematográficas e históricas, desde la estructura narrativa inspirada en Psycho de Hitchcock hasta el eco de Europe ’51 de Rossellini. El guiño a Bertolt Brecht —”Cuanto más inocentes son, más merecen morir”— resuena como una bofetada, subrayando la ironía y ambigüedad moral que impregnan todo el metraje. Kontinental ’25 es una reflexión sobre la banalidad de la bondad en un sistema cimentado en la crueldad sistémica. Orsolya, que al principio busca desesperadamente que alguien valide su “buen corazón”, se enfrenta a un desfile de personajes cuya indiferencia —desde su jefe hasta un joven exalumno— revela la profunda desconexión humana de nuestra era. La comedia seca de Jude florece en estos momentos, donde las líneas entre la empatía y la autocomplacencia se desdibujan peligrosamente.

El uso de una cámara de consumo, lejos de restar calidad, refuerza la estética de “pobreza de medios” que Jude abraza como homenaje a Rossellini. Esta elección visual complementa la narrativa, enfatizando la frialdad del entorno y la trivialización de los dilemas morales en un mundo donde las buenas intenciones parecen no tener cabida. Kontinental ’25 no solo consolida a Radu Jude como uno de los cineastas más incisivos de la actualidad, sino que también invita a confrontar sus propias contradicciones morales. Con su humor cáustico y su mirada sin concesiones, la película se convierte en un espejo implacable que refleja las grietas de nuestra realidad.

Titulo: Kontinental ’25

Año: 2025

País: Rumania

Director: Radu Jude