“Desde el brote de Covid-19, no he salido de China en casi cuatro años. La 55ª Visions du Réel será mi primer viaje a Europa después de estos cuatro años. Tengo ganas de volver a abrazar el mundo, con la ilusión de un niño a punto de emprender por primera vez un viaje largo. Me dirijo a Nyon para ver un cine que revele el mundo tal como es”. – Jia Zhang-Ke
Nacido en 1970 en la región minera de Shanxi, bordeada por la Gran Muralla China, Jia Zhang-Ke es una figura destacada del cine contemporáneo. Pertenece a una generación de cineastas chinos que se vieron profundamente afectados por las protestas de la Plaza de Tiananmen. Su diversa filmografía, que comprende más de 20 cortometrajes y largometrajes, toma prestados elementos tanto del cine de género como del de no ficción. Pasando de los thrillers enseñados a los documentales y abarcando una miríada de formatos híbridos entretejidos por actores no profesionales, obras de ficción sobre un lienzo de realidad y fantasías que pasan por alto historias que de otro modo serían restringidas, Jia Zhang-Ke ha pasado dos décadas creando una filmografía tan coherente como está cambiando.
Su obra estilísticamente diversa despliega toda la gama de técnicas cinematográficas (16 y 35 mm, DV, HD, etc.). Al abordar su tema como artista visual, Jia Zhang-Ke ofrece una inmersión sutil y subversiva en la sociedad china, imbuida de un realismo sublimado. Resistiendo la censura y defendiendo incansablemente la importancia cultural de la producción cinematográfica de su país, Jia Zhang-Ke teje historias extensas de estilo épico para explorar viajes personales y multifacéticos que desafían la noción de disolución del individuo dentro de la narrativa nacional.
Siempre dispuesto a luchar con las realidades de la historia reciente de China, el cineasta ofrece una representación profundamente humanista que se basa en memorias y recuerdos. Para lograrlo, Jia Zhang-Ke crea una polisemia narrativa que centra su mirada en la vida cotidiana de la gente corriente que vive en “ciudades intermedias” dispersas entre la vida rural y la de las florecientes megaciudades del país.
Al hacerlo, las películas de Jia Zhang-Ke analizan las promesas y los espejismos ofrecidos bajo la marcha forzada de la modernización vigente desde los años sesenta. Examinan los efectos de esta historia colectiva, específicamente la imposición del capitalismo de estado a los seres humanos, proporcionando una contranarrativa romántica y sensible. Una filmografía esencial e intransigente que a menudo ha caído en desgracia con el estricto régimen de censura del gobierno.