¿Qué sucedería si más individuos se esforzaran al máximo por alcanzar la fama antes de partir de este mundo?
Por Fernando Bertucci
Glass, My Unfulfilled Life, un documental del director holandés Rogier Kappers, que se filmó a sí mismo durante siete años siguiendo su sueño de infancia de hacerse famoso tocando los anteojos, o un “órgano de cristal”, como él prefiere llamarlo, da inicio a la pregunta: “¿Qué sucedería si más individuos se esforzaran al máximo por alcanzar la fama antes de partir de este mundo?”. Tras su estreno mundial en el IDFA del año pasado, la película es un excelente ejemplo de cómo se puede hacer un documental cautivador sobre una historia de vida bastante sencilla: la de un adorable perdedor de mediana edad (hasta que se demuestre lo contrario) que todavía no ha decidido qué camino tomar en la vida.
Al principio de la película, nos encontramos con Rogier Kappers, un hombre de 52 años que, a pesar de considerarse afortunado, se cuestiona profundamente su legado. Con padres aún vivos, dos hijos encantadores de distintas parejas, una casa en la ciudad y otra en el campo, una scooter y una colección de instrumentos musicales, parece tenerlo todo. Sin embargo, reflexiona sobre qué dirían las personas en su funeral si muriera mañana. El cineasta, autor de otro documental, Lomax the Songhunter (2004), sobre música, ha atravesado varias etapas en su vida profesional. Tras sufrir un agotamiento, dejó su trabajo anterior y ahora busca un proyecto que le brinde fama, dinero y, quizás, amor. A lo largo de su trayectoria, ha incursionado en distintas empresas, desde intentar filmar una película de guerra (que concluyó cuando la guerra finalizó) hasta construir una casa ecológica en el campo (aunque la casa seguía hundiéndose en el suelo). Cuando Rogier revela su último plan de convertirse en músico callejero, utilizando vasos llenos de agua como instrumento, sus padres muestran incredulidad y sus amigos, literalmente, se ríen en su cara. Sin embargo, le animan diciendo: “Si realmente crees en ello, debes superar todas las adversidades”.
Conocemos las distintas etapas preparatorias de la última obsesión de Rogier: la construcción del órgano, desde decidir qué vasos utilizar hasta el contenedor que empleará para transportar el instrumento a las plazas; las sesiones de práctica, donde su repertorio incluye Bach, Jacques Brel y La casa del sol naciente; su encuentro con su ídolo, el compositor estonio Arvo Pärt, con Rogier preguntándole si estaría dispuesto a escribir música para su órgano de cristal; y sus primeras actuaciones callejeras, repletas de la curiosidad de los transeúntes y las primeras monedas cayendo en su sombrero. Pero hay mucho más en esta película. Sería criminal revelar demasiado y desvelar los vericuetos de esta historia que, entre los altibajos del esfuerzo de Kappers y algunas sorpresas muy efectivas, está tan bien estructurada que mantiene a la audiencia interesada, entretenida y deseosa de descubrir a dónde lo llevarán las hazañas de nuestro inmediatamente entrañable protagonista. La película va acompañada además de una voz en off en tercera persona que aporta a la historia un toque de cuento de hadas y un humor sutil que alivia incluso los momentos más oscuros. Es una historia modesta e individual que tiene el potencial de hablarle a todos, y un cuento sobre la vejez que nos insta, ayudados por la amable sonrisa y los ojos salvajes de Rogier, a nunca renunciar a nuestros sueños.
Titulo: Glass, My Unfulfilled Life
Año: 2023
País: India
Director: Rogier Kappers