El contexto político, internacional y nacional en el que se abre el FID este año es particularmente oscuro e inquietante. Hay guerra en Ucrania y en Gaza, donde los derechos internacionales y humanitarios son pisoteados diariamente por el gobierno de una nación democrática bajo el control de la extrema derecha.

Aquí, en Francia, la extrema derecha está al borde del poder. Su programa cultural es tanto pobre como alarmante. De hecho, no se trata de arte o creación en su definición de cultura, sino de patrimonio, que ellos definen como “nuestra historia petrificada”.

Para nosotros, el Consejo de Administración, la dirección y el equipo del FIDMarseille, la cultura está exactamente en el opuesto de cualquier “historia petrificada”. Es la libertad de creación y programación, es la acogida y el encuentro con el otro, cualquiera que sea su alteridad. Es la convicción de que nadie tiene el derecho de definir un “nosotros” para mantenerlo tras los muros de una historia. Somos y seremos el resultado de nuestros encuentros, nuestras acogidas, nuestros intercambios, pasados y futuros.

Estos valores, que fundamentan y dan sentido a la acción del FIDMarseille, son incompatibles con las ideas de la extrema derecha. En el ámbito cultural, la historia demuestra una sola cosa: que la llegada al poder de la extrema derecha perjudica la libertad de creación y expresión, y que aquellos que trabajan por defenderla y hacerla vivir son sus adversarios.

Más allá de nuestras diferencias, a pesar de los diversos aspectos que enriquecen nuestra diversidad, es urgente unirnos, comprometernos y votar.

Equipo de FIDMarseille