“Estamos pagando como país haber dejado impune todos los crímenes de la dictadura”. Entrevista a Marialy Rivas, directora de Princesita

Por Rolando Gallego

Mientras se prepara para estrenar el 10 de julio la serie de Amazon Prime Video La Jauría, codirigida junto a Lucía y Nicolás Puenzo y Sergio Castro, PCI CINE en su sala de Cine Virtual estrena Princesita de la directora Marialy Rivas. 

Una de las más lúcidas mentes de la cultura chilena habló con Caligari sobre la película, una reflexión dolorosa sobre los abusos y sectas, protagonizada por Sara Caballero, Marcelo Alonso y María Gracia Omegna, entre otros, y el momento actual del país vecino que en pandemia acentúa sus diferencias entre clases.

¿Cómo recibiste la invitación de PCI para estrenar en su Cine Virtual Princesita?

Me encanta la iniciativa, estoy feliz y honrada, y obviamente dentro de este contexto malo de la pandemia si hay algo bueno es que todos estuvimos viendo más películas y me gusta que se vea allá, porque me la han pedido, y en Chile tenemos ondamedia donde se puede ver, pero no afuera.

La película generó debate sobre la problemática que toca, estos cultos, los abusos, ¿cómo llegaste al tema?

Me inspiré en una noticia de 2012 de Chile, en donde mucha gente creía que era el fin del mundo, fue una fecha que se dio con mucha relevancia, y leí que una familia, en la noticia original eran todos hombres, y decían que llegaba el fin del mundo y una niña iba, sobrina y nieta de algunos, iba a traer el mesías y traer la salvación. Me llamó mucho la atención como metáfora bien precisa de lo femenino frente a lo masculino, donde lo masculino valida a la mujer siempre que sea vehículo de sus objetivos y deseos pero no le preguntan a esa niña si quiere tener ese destino o hijo. Investigué ese caso, leí mucho de sectas, fui a un colegio Waldorf que tiene algo de secta sin serlo, secta new age. También hablé con víctimas de abuso en su infancia, que se me fue revelando, porque al principio no sabía que iba a hablar de abuso, sino de sectas, pero entendí que en el centro radicaba eso, pedofilia y abuso y hablé con psicólogos y psiquiatras que trabajan con víctimas de abuso y con víctimas para saber más de esa situación.

¿Cómo fue reinventar la iconografía religiosa en una sociedad tan pacata y conservadora como la chilena?

Creo que en los años setenta los cultos hacían manifiestos, pero hoy es todo visual, por eso cree una iconografía así, que impacta más que un chanta te de perorata, respeto mucho la inteligencia de los espectadores y por eso traté de construir este culto desde una propuesta visual seductora, que aún no está tan trabajado eso, la de dejarte seducir por un chantismo visual, pero sí detectas cuando un chanta te habla, pero desde el lado visual aún no. La construcción de ese paraíso tenía que ver con eso, con este cuento infantil, luminoso, y que luego no es así en relación a cómo avanza la película. Las religiones tienden a ver las sectas como separadas de ellas, la sociedad es conservadora, pero tal vez se hubiesen sentido más atacada si hubiese sido algo sobre la religión católica. Aquí se las rechaza, hubo por ejemplo un caso de una secta que prendieron fuego a un bebé, lo tiraron a un hoyo ardiendo, pasa cada tanto, pero son rechazados socialmente. Lo que no es rechazado es lo que pasó, por ejemplo, la designación de una Ministra de la mujer como la actual, que ni siquiera acepta el aborto en ningún caso, desde ese lugar molesta más la película que lo religioso.

¿Cómo encontraste a Sara?

Hicimos un casting muy amplio, con una diversidad de actrices de varias edades, con actrices jóvenes y más grandes, y luego de varias pruebas, de mezclar niños y actores grandes y al revés, no quería que sea como en Grease que los actores hacen de 18 y son grandes, al final decidí con niños de la edad de los personajes limitaría acciones, de hecho usamos dobles de cuerpo, me ayudó María Laura Berch para trabajar esto, y quise que los niños tengan la edad que se ve. Tras muchos, muchos castings un amigo me la recomendó y llegó a ser la protagonista.

¿Qué fue lo más difícil de rodar?

Princesita fue una película complicada entera, hice Joven y Alocada, con otra energía y mi vida se transformó en ese período en eso, todo lo que me rodeaba era gracioso, sexy, curiosa, y cuando empecé con esta película, que comenzó por lo de la secta y luego lo del abuso, porque siempre parto de una pregunta que es ¿cómo se construye una identidad femenina? avanzando identifiqué que es sobre el abuso, no sólo sexual, y me llegaron muchas historias así, densas, oscuras. Luego fuimos al sur a filmar, con los niños, que teníamos que dejarlos descansar y además traté que no estuvieran en contacto con nada de lo oscuro del relato, para protegerlos. Sara estaba muy contenta de trabajar con cosas que por suerte no ha sufrido, pero igual era cansador para ella. Monté mucho tiempo, antes de empezar el rodaje me enfermé, se retrasó el rodaje, tuvimos que dejar cinco días fuera de planning, montar y luego salir a rodar porque estaban en período escolar. Fue difícil de armar pero abrió posibilidades como por ejemplo con el guión comencé a escribirlo con la joven y alocada original, Camila Rodríguez, con la que armamos el Miguel místico, pero luego sumamos a Guillermo Calderón que agregó una poética asquerosa sexual a sus diálogos, los leía y decía puaj pero que efectivo esto, y luego invité a Manuela Infante al armar la película para darle todo el arco desde la voz en off a la película, fue un proceso muy interesante.

Ojo con el próximo proyecto para que te llene de luz y buena vibra…

(Risas) sí, le tengo respeto y no sé cómo hay directores que se pasan la vida haciendo películas tan oscuras.

Hay que preguntarle a Michael Haneke…

Claro (risas).

¿Cómo vivís este momento de pandemia y la correlación con la cultura?

Este momento es muy delicado, cuando partió el 18 de octubre el estallido social, me pasó como algo dual, por una parte tuve felicidad de ver a Chile con el Chile que intentó ahogar la dictadura, con un discurso en todas las personas muy politizado y consciente, esto en la previa, luego ahogado en dictadura, tras ese período, de transición democrática, con Pinochet en el Senado, una cosa rarísima, y con la mitad de la población que niega la dictadura y dice el Presidente Pinochet, por ejemplo, el estallido dio mucha esperanza. Yo viví la dictadura hasta los 13 años, y la represión que se vio, me deprimió porque no se vivía eso desde la dictadura, era una mezcla extraña, de felicidad y terror al mismo tiempo, muy extraño, veías que pasaban los días y la policía sacaba ojos, dejaba ciega a la gente con bombas lacrimógenas en la cabeza, mataban gente, y el gobierno nunca tuvo ninguna intención de parar. En el medio, personalmente, a mi esposa le detectan un cáncer de ovario, otro golpe a fines de Diciembre, ya estaba todo extraño, la industria parada, esta noticia personal y luego esta pandemia, con un Gobierno que minimizó todo. Terrible todo. Estamos pagando como país haber dejado impune todos los crímenes de la dictadura, la derecha chilena se cree tan impune, porque lograron matar y torturar gente y nunca ser juzgados que no les importa nada. Chile no hizo la cuarentena cuando se podía hacer la cuarentena y ahora tienen el sistema sanitario colapsado y en el medio el Gobierno, pensas que esta gente no vive en la realidad,  sacan una resolución para abrir restaurantes y cafés, no viven en la realidad, ponen una Ministra de la Mujer que no cree en el aborto, tenemos un Ministro de Salud que escondió en el gobierno pasado, listas de gente en lista de espera de órganos que se murió, estamos pagando dejar impune la dictadura cruenta de Pinochet, y no son capaces de dar ni un paso atrás. Porque además son los dueños de todo, este es un país pequeño que funciona como un fundo y los dueños de su fundo hacen lo que quieran y si quieren matar a sus peones lo hacen, porque ya lo hicieron. Ahora el gobierno dice que los contagios son por la gente, no dan ayuda, la gente se muere de hambre, es desesperante, sólo se mira con horror, no van a dar pie atrás, no van a reconocer todo, culpan de los altos contagios a las personas, no que impusieron cuarentenas dinámicas, nada de eso entra en el discurso, lo mismo con el estallido social, “no es la forma” decían, gastaron millones en comprar nuevos elementos represivos.

Además de armar escenas para la televisión…

Claro, y me llama la atención, que en Estados Unidos, con lo de George Floyd, que la derecha chilena ha mirado siempre hacia allá, creyéndose mejor que Latinoamérica, allí dicen que la policía no debe reprimir, obviamente que hay algunos que lo hacen, porque hubo años en los que les permitieron el abuso, por años no se ha castigado a la policía, sólo se les da de baja con plata y eso hace que las personas con tendencias violentas vayan hacia allá, no todos los policías son violentos y abusadores, pero al permitir que algunos si lo hagan se empieza a corromper. Yo no lo veo nada auspicioso, contagios altísimo, pocos muertos, pero hay denuncias que se cuentan mal, de un día para el otro aparecen 700, al otro 20, otro día 100, hay desconfianza y en una pandemia haciendo todo más agobiante para los ciudadanos, y ese es el sentimiento que prima. En Argentina, más allá si están bien o mal manejados, las cosas son claras, se cierra todo, como en Perú u otros lugares, pero aquí no.

Igual hay que ver hasta cuándo permiten que se sigan con una política del cuidado a partir del aislamiento social obligatorio preventivo, porque cada vez hay más presión para culminar con todo…

Es terrible, y aquí pasa lo mismo, dicen “no van a encontrar vacuna, todos nos vamos a contagiar igual”, de hecho no cerraron el país, sólo la Capital, en Valparaíso la cantidad de contagios aumenta y no lo cierran, es como una secta, intoxicados de su visión, son como unos Migueles, diciendo cualquier cosa sin afectar su visión que la economía es lo primero. Hace tres días dijeron que las cuarentenas de contagiados iban a ser de diez días, en ningún lugar del mundo, y salieron todos a criticar esto, y luego se descubrió que era un acuerdo con las obras sociales, y luego de las denuncias de algunos periodistas, se vuelve a decir que son catorce, y eso genera una sensación que nadie se pone de acuerdo, nadie te cuida, nada. Está todo lleno y se va a empezar a morir la gente en la calle, es muy tremendo todo.

Titulo: Princesita

Año: 2017

País: Chile

Directora: Marialy Rivas